martes, 2 de agosto de 2011

THE NIGHT TRAIN



Siempre me recuerdo a mí misma en aquella tarde volviendo de un examen de matemáticas especialmente trágico –todos lo eran-, escuchando esta canción de Guns’N’Roses ; era la época jevigrunge de mi hermana y conocía bastantes canciones suyas gracias a esa circunstancia, no se puede decir que me gustara todo lo que escuchaba, pero había canciones y grupos que me parecían interesantes y cuyos discos volvería a comprar años más tarde, cuando ella se pasara a otras músicas y los fuera perdiendo o regalando. Iba en un bus ya de noche, volviendo del instituto a mi pueblo, había muy poca gente y me dio por pensar en esos cuentos de Poe o similar en el que un barco a la deriva en realidad resulta estar lleno de gente que murió hace tiempo, imaginé que quizá nunca llegaríamos y nadie me buscaría.

Naturalmente, eso no sería así y habría aún más exámenes de matemáticas.

Esta tarde he vuelto a pensar en ese tren nocturno, este recuerdo ha vuelto a mí para conformar este post y un concepto que se me ha ido metiendo estos dos días en la cabeza, y es que no dejo de pensar que los míos están en la parada de una especie de Bus de la Muerte, pensaba que ya se había ido, que ya tenía suficientes pasajeros, pero no.

Resulta que mi tío el hotelero también tiene un billete, esta tarde hemos ido a verle; estaba sedado e intubado, ha sido raro ver a mis primos y mi tía política con los mismos ojos llorosos que teníamos nosotros hace meses, además nos han agradecido a la visita, y mi tía, esa que nos quiere tanto y que por supuesto, también estaba allí, ha adivinado que nos había mandado mi madre. Aquí he mentido un poco, la verdad es que he sido yo quién le ha preguntado si quería que fuésemos y como ella le vió ayer todavía consciente, ha querido que fuésemos hasta allí para informarla después.

Los que tengáis la santa paciencia de venir leyendo mi blog de antiguo ya sabéis que no me llevo con mis tíos maternos: son personas raras, - imagino que es sobre todo debido a las carencias afectivas que sufrieron al morir su madre de parto cuando nació la mía- son y han sido cínicos, crueles, clasistas, insensibles y bastante hirientes en sus apreciaciones. De los seis, sólo se salvan de estas faltas mi madre y el hermano mayor, que murió hace dos años y que no se hablaba con el resto por acumulación de afrentas diversas sin que nadie llegara a tender una mano jamás; tanto era así que en el funeral de este hermano, osaron no dirigir la palabra a la viuda y su hijo.


Por todo ello y porque mi tío el hotelero permitió que me acosaran para poder despedirme sin mover un dedo, y mientras estuve allí hizo cosas como hacer que mi padre le arreglara averías eléctricas sin pagarle porque como yo estaba en su hotel, se suponía que le debía el favor, no pensé sentir nada más que indiferencia, es más, ya la estaba cultivando.

El problema es que no es tan fácil como parece ser un rencoroso, cuando soy mala soy un desastre; en mi propio bus, un bus que iba a un hospital, otra vez, he querido hacer lo que nunca pensé que querría, imaginaba llegar allí a la habitación y despedirme de él, decirle que le perdonaba todo. Ya veis que no he podido hacerlo, por desgracia.
Estaría contenta de que esto sea así, si no fuera porque el mundo se ha convertido en este lugar en el que te duermes, te duermen y ya no despiertas, un mundo en el que el tiempo ha desaparecido y es como si ya no existiera, como si alguien más no fuera a despertar mañana.

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