sábado, 9 de julio de 2011

FREAK OUT




Normalmente miraría y remiraría el blog entero de arriba abajo sólo para comprobar que no me repito, pero esta historia la quiero contar otra vez. Hace muchísimo tiempo ya, allá por finales de los noventa, estaba estudiando Magisterio de Lengua Extranjera y me gustaba mucho el inglés, pero el resto no me interesaba demasiado, me interesaban muchas otras cosas, y es muy probable que ese fuera el principal motivo para no terminar esa carrera jamás.

En el piso que habitaba junto con mi hermana y otros estudiantes siempre había gente dando vueltas, un día uno de esos visitantes entró en mi habitación, le escuché antes de que llamara a la puerta, preguntando "¿Quién hay aquí?" y entonces entró e interrumpió la escritura de alguna de mis cartas de más de diez folios; era un chico muy simpático al que le gustaron mis posters y dijo "¿Por qué todos esos hombres están tan tristes y van de negro? ¿te gustan los hombres misteriosos?", y sí, así era, había sido algo inconsciente por mi parte. Recuerdo que me apuntó su teléfono en la esquina del cuaderno y me recomendó que algún día viese "Tras el cristal" de Villaronga y que ese día le llamara. Es algo que nunca he llegado a hacer, aunque he visto otras películas de Villaronga, y no sé dónde andará él, recuerdo que me explicó cómo robar ropa en las tiendas y sé que pensaba irse a Australia con un novio que tenía.

Hoy he encontrado esos pósters de universitaria, y más cosas, me ha entrado morriña de lo mucho más friki que era de joven y se me ha ocurrido volver a colgarlos más o menos como estaban, tal que así:



A las visitas les solía hacer una broma muy mala diciendo que el funeral de Laura Palmer era la Última Cena, los Beatles la Santísima Trinidad -por aquello de que Lennon & McCartney eran uno- y supongo que además me lo dejaría a medias, porque ya no se me ocurría nada. No soy muy buena haciendo chistes, soy muy seria y nadie se da cuenta cuando me estoy haciendo la graciosa, aún así, insisto.

Pero empecemos por el principio, por la izquierda:




Sí, era tan fan de Lo + Plus como eso y me encantaba Máximo Pradera, me hacía muchísima gracia, claro que esto debía de ser cuando hacían entrevistas a estrellas internacionales. No tiene más justificación.




Entonces era muy fan de "Quantum Leap", el chico en blanco y negro es Dean Stockwell en 1959, cuando era bastante mono, luego ya sería una presencia más bien inquietante, así y todo , me parecía más atractivo que Scott Bakula, su partenaire en la serie. Creo que esa fue la única época ligeramente gerontófila que tuve, luego me convertiría en la asaltacunas de siempre.

Por lo demás, los Fab Four tomando el té en el backstage, y Duchovny everywhere, por supuesto. La foto de Mulder y Scully es de una revista norteamericana que solía comprar, fue una de las primeras que conseguí. Luego tenemos la foto de David Ducani:





Daba igual, si hubiera encontrado una foto suya cubierto de vómitos y con una jeringuilla en el brazo también me la hubiese agenciado: todo sacrificio era poco para conseguir una imagen de mis ídolos fundamentales, por eso me gasté cien pesetas de 1997 en un Nuevo Vale, sólo por esa foto de David Duchovny ataviado a lo Vicentín -@Arredro dixit-, entonces no había internet ni nada y estas cosas eran oro.

Haciendo un inciso, tengo otros dos ejemplos de frikismo extremo, primero, la portada de SFX por la que crucé las Avenidas sin mirar y casi me atropellan, al reconocerle desde el otro lado de la calle:





Además, he aquí la famosa Rolling Stone en la que me gastaría un jugoso porcentaje de mi paga, una postal chorras y una carta al Círculo de Amigos de Expediente X en un sobre fucsia en la que me chivaba -en la medida en la que se pueda delatar a un crítico de cine que publica en prensa nacional- del tratamiento dado a la serie por los carcas de las revistas de cine. Es una suerte que jamás llegara a su destino y me la devolvieran, no me he atrevido a mirar dentro, aún es demasiada vergüenza.





Ahí tenemos más Duchovny y descamisado, para más solaz del personal -qué joven está ahí, más que yo ahora mismo- y el funeral de Laura Palmer más un artículo sobre Lynch creo que de Jordi Costa, cuando me parecía un buen crítico y me caía bien. En realidad, el funeral está formado por un par de fotocopias en color de un valiosísimo desplegable que tengo por ahí bajo siete llaves, no sé si de una Fangoria. El del sombrero es Bruce Willis, para el que siempre tengo una ternura, como fan de "Luz de Luna" que soy y seré, fue mi primera serie, además, le envíe una carta -dos veces- y me respondió:





Mis padres le dijeron a mi tía "En Bruce Willis li ha enviat una carta a sa nina"*, ahí no encontró nada hiriente que decir, se quedó alucinada.

Y por ultimo, la parte más personal de la composición, mi habitual letra de Roy Orbison escrita sobre una foto de una pseudo Audrey con aire enigmático, era, cómo no "She's a mistery to me", la canción que escribía por todas partes en esos años.





No negaré que he pensado en llevármelos a nuestro piso actual y montar el altarcito pagano, aunque sea sólo como evocación. Pero no, mejor no.

*Bruce Willis le ha enviado una carta a la niña.


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