viernes, 3 de diciembre de 2010

XISCALEAKS




*A mí todo esto del Assange –que me recuerda muchísimo al espía albino de “Juego Peligroso”, de hecho, toda la situación me parece digna de esa peli, una de esas comedias setenteras gamberras que me gustan- me ha dado una idea para resolver un tema que tiene a este blog actualizándose cada mes como mucho, a ver si lo consigo. He pensado que este puede ser el primer post de una serie dedicada a hablar de temas que me rondan, aunque sea sin profundizar y elaborar mucho, por ir sacándomelos de encima, como experimento y por si dan lugar a más posts.

Ayer estuve leyendo sobre el tema de la maternidad, en uno de esos blogs que sigo la serie pero no puedo decir que me guste, o no puedo decir que esté de acuerdo demasiadas veces, por lo que evito comentar, aunque a veces me parezca bien, me interese y haya posts que me gusten. También leí un artículo de Elvira Lindo que fue muy polémico al respecto, aunque claro, a mí ella y el Sr.Muñoz Molina hace tiempo que me decepcionaron en otros temas, así que me fío poco de ellos, no sé si algún día pudiera haber reconciliación, con lo que me hizo reír hace años una recopilación de artículos de ella, de su sección “Tinto de Verano”.
Ahora mismo no tengo hijos, pero suelo leer sobre el tema por si algún día aún se diese el milagro y porque las relaciones paternofiliales y su influencia sobre la vida futura de uno es algo que me interesa muchísimo, no en vano me paso la vida leyendo, viendo e incluso experimentando sagas familiares, me gustan mucho las películas “de familias”, me acuerdo ahora de “Un conte de Nöel” de Arnaud Desplechin, me gustaría revisarla y escribir algo sobre ella, será también por estar en esta época del año.

Aparte del obvio escollo socieconómico, me pregunto si podríamos educar un hijo para que no lo pasase tan mal como yo, es mi principal preocupación si pienso en ello seriamente. Pienso en la niña pobre que todos despreciaban porque su ropa no era buena, porque no tenía las horquillitas de moda y además se le caían o que no podía hacer un regalo bueno de cumpleaños, yo también he sido niña de clase media baja en colegio de clase media alta, no te lo perdonan, lo sé muy bien. Y veo lo clasista que sigue siendo la sociedad española, a muchos no les interesa como seas, les interesa lo que tengas y ahora aún más, y veo que es muy probable que nunca pueda mejorar mi situación sociolaboral, y eso ya empieza cuando eres niño. Si no te invitan es porque caes mal, no porque no se hayan molestado en conocerte porque no puedes dejarles buenos juguetes o invitarles a una casa impecable con asistenta, porque estás en un colegio que no es para ti y en el que tus padres te metieron esperando que te relacionaras con la “gente bien”, que son los que tienen aleccionados a sus hijos para despreciar al diferente, es una suerte que con el tiempo se sea capaz de verlo por uno mismo, viendo que personas así no valen la pena, que nunca van a tener que esforzarse por nada, les colocarán en algún sitio sean más listos o más inteligentes y ya.

Evidentemente, la solución sería enviarlos a la pública, y lo haría así, pero no estoy segura de que no les pueda pasar lo mismo por las razones que sean, sigo teniendo esa percepción de que un día sales al patio de un colegio, no reaccionas de la forma adecuada y tu vida queda decidida de algún modo, escoges un camino. Y me parece demasiado, me gustaría estar muy equivocada, pero me veo ahora aquí, otra vez en este lugar, con esa cultura del aguante, no de la tolerancia, sino de aguantar que venga cualquiera y porque tenga más dinero o haya que agradecerle un favor que te hizo en 1955 se le consienta cualquier cosa. Y yo digo que quiénes hacen un favor pensando en restregártelo cada tanto no me han hecho ninguno, ni les voy a permitir que me hagan más, no gracias, y la gente que dice “es que es así” porque no hay huevos de enfrentarse a una personalidad más agresiva, yo les digo otra vez que tolerar sí, vale, pero aguantar lo que sea, no.

Quiero pensar que puedo volver a jugársela al destino y escalar también este acantilado o eso o desecho del todo que sea una fantasía romántica trasnochada propia de la melancolía que suelo preferir a otros estados y empiezo a creerme que de verdad voy a morir el 23 de septiembre de 2014, haga lo que haga, para pagar una suerte de deuda kármica que habría dejado mi abuela, que nació el mismo día que yo y murió de parto al tener a mi madre.
Pero no, vengo pensando que si no somos orgullosos ahora ya no lo podremos ser más, que si nos dejamos quitar todas nuestras pequeñas cosas, nuestros cafés con los amigos o nuestra cena/cine, nuestro ratito para leer o pensar o escribir o hacer lo que quieras y lo cambiamos por trabajar 72 horas al día cobrando cinco eso ya no será vivir ni será nada, y por supuesto, que no esperen que aporte más esclavos a su maquinaria, ya no sería sólo irresponsable, sino cruel. Tengo esta idea y no se me va de la cabeza. Por mucho que intente rendirme, decir que lo acepto, que lo acato, que lo quiero, no puedo y me levanto y digo “a ver si así, o probando esto, a ver” y sigo y sigo y sigo. Luego me imagino la postcrisis como si fuera una posguerra fría, me imagino perseguida, oculta y clandestinizada, aprendiendo a manejar armas y a pescar en la montaña, con libros escondidos bajo baldosas, con The Partisan de Cohen de fondo, con una boina ladeada, los ojos entornados, un pitillo –apagado, que yo no fumo- a lo Bogart y en blanco y negro y acabo haciéndome gracia, no, tampoco será eso.

Supongo que venga lo que venga, será gradual, habrá tiempo de adaptarse y buscar soluciones. O cambia algo para que todo siga igual, o puede que sea hasta para bien, incluso deja de estar todo tan basado en las apariencias y la ostentación de lo material, mira que si luego hasta me gusta y me tengo que comer la boina y el pitillo, ojalá. No sé porqué estoy tan convencida de que nada volverá a ser como antes, supongo que a toda generación le tocan unos cambios, pero vamos, me gustaría que no implicaran un invierno postnuclear o que acabemos muriendo en pateras en las costas británicas. No lo sé y no puedo saberlo, toda esta incertidumbre es lo más duro.

Debería distraerme algo, hace unos días ni siquiera quería mirar el ordenador, ya ni me apetecía, sólo podía pensar si me podrían contratar en diciembre, más que en enero o en febrero, en si podría empezar a ahorrar ya, en cómo será buscar trabajo en invierno aquí en la capital de la isla, si podrá ser, si al final tendré más conocidos útiles para eso de los que pensaba o si será verdad que en el 2011 sí que se va todo a la mierda en serio, con lo que me gusta a mí la civilización decadente esta con sus grandes ciudades iluminadas. A veces me dan ganas de coger un libro de Historia y leer sobre determinadas épocas similares a esta, para ver por donde podrían ir los tiros, en estas extrañas vacaciones concéntricas, vacaciones de vacaciones de vacaciones, hasta perder significante y significado.

De momento, me pongo pequeñas metas, pienso “esta semana hacemos esto” e intento no planear nada más allá, intento tener planes B, C y D, ser más flexible, hacer lo que sea a pesar del desánimo, levantarse, ir a comprar, decidir las comidas con @Arredro y mis padres, algo tan sencillo como eso. I poc a poc.

Una cosa que he pensado es quizá hacer esos posts que no podía hacer en Madrid por falta de materiales necesarios –por ejemplo, uno de libros de infancia, uno del Sobrino de Fotogramas etc.- porque para mí escribir este blog es algo maravilloso, no me atrevería a llamarme escritora a pesar de todo lo que me han dicho toda la vida, de haber escrito en medios locales etc., es un concepto que respeto demasiado y que ya llevo tiempo pensando que ya está trasnochado, que como todo lo que me gusta llego yo y ya se ha terminado, ya se piensa en esos términos utilitaristas que tanto odio, todo ese rollo de que si algo “no te va a dar pan” no es importante y hay que prescindir de ello, que si es sólo para entretenerse, venga despreciar todo lo que no vende o no se vende tan fácil. Yo es que soy muy feliz escribiendo, creando esta extraña revista en la que pongo lo que quiero, lo cuido, lo coloco, lo elaboro y miro que quede lo mejor posible, y si no le saco un provecho económico ni nada, mejor, nunca me ha gustado que me valoren así.
Definirse sólo por lo que haces o no para ganarte la vida me parecía un error antes, y me lo parece ahora, aunque entiendo que tenga que gustarte un poco, pero este tema quizá lo trate más adelante, por hoy terminamos aquí. Y creo que esto debería llamarse Xiscatorrents...

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