martes, 23 de noviembre de 2010

TIME'S UP








Siempre que miraba el clip de “Everybody Hurts” de R.E.M. y llegaba a la parte en la que sale el coche de los latinos y leía aquellas frases en castellano en un vídeo tan anglosajón no podía evitar identificarme con aquel sentimiento, o con estar en un atasco pensando en tus cosas.

Esta vez el atasco es muy grande.

No es que yo quisiera algo extraordinario, no vine a Madrid a ser actriz o a ser funcionaria, simplemente me estaba construyendo una vida elegida por mí, claro que poco podía imaginar que este sistema de mierda fallaría hasta el punto de ya no poder proporcionar los medios necesarios para subsistir a gran parte de la población, por emprendedores que fueran y por mucho que se pretendiera que el salir adelante sólo dependía de la voluntad de uno mismo.

Ah pero resulta que en el mundo vive más gente, y no se puede ir a tu bola y ya está, aunque este fallo, esta falla de San Andrés por la que nos estamos precipitando haya sido propiciado en gran parte por esa clase de actitudes, que venían sobre todo de un mundo aparte que podía permitírselas, y que pretende mantener sus privilegios aprovechando esta situación para empeorar las condiciones de vida del trabajador por cuenta ajena, poniéndolos unos contra otros y haciéndoles creer que tener tiempo libre y poder ir al cine o a cenar es un lujo que no debería estar a su alcance, que ni a tomarse un café, que sois unos vagos, que no sois familia de tal, que no sois de aquí de verdad o que cualquier día te quedas embarazada.

Y las entrevistas esas que le hacéis a la gente, os las metéis por donde os quepan, porque ni podéis conocer a alguien por un día que habléis con él ni va a ser mejor trabajador por tener un año más o menos ni por aguantar que le insultéis a la cara, a lo mejor sólo es más educado que vosotros y sabe que los prejuicios están para superarlos. Y no nos engañemos, si es que no lo habéis acordado desde el principio de uno de vuestros absurdos procesos de selección, al final cogéis a la conocida de fulanito y al que os cae bien, y pueden trabajar bien o no, pero tampoco lo sabéis. Y ahora más.
Vistas las maneras, es más que probable que alguien como yo no vuelva a trabajar nunca, no gusto a esta clase de personas y no sé muy bien lo que voy a hacer, miraré programas de ordenador que pueda aprender por mi cuenta, pensaré en estudiar algo gratis –evidentemente no me lo puedo pagar- o buscaré algo que hacer mientras no me muero y sigo en la cuenta de gastos del estado y de todos estos honradísimos emprendedores y sus cien mil intermediarios con tanta iniciativa y tantos contactos, tan ecuánimes, que no saben lo que es la subjetividad. Qué primor, qué haríamos sin ellos.

Isabelo y yo, pese a llevar parados meses y años ya, aún estamos de suerte, no tenemos grandes deudas, no tenemos hijos y nuestros padres aún viven y pueden darnos cobijo, aunque ya no podamos mantenernos a nosotros mismos, podemos ir a mi casa y estar allí un tiempo a ver si se puede volver a empezar y cuándo y cómo. El problema es que esto no va a poder ser siempre así, creo que si hay un estado es para ofrecer unas ciertas garantías a la población, y no se trata de dar nada porque sí, se trata de que la gente sin escrúpulos no pueda campar tan a sus anchas, aunque siempre lo hayan hecho, quizá sea hora de pararles los pies, de tomarse muy en serio lo de mandar inspectores a ciertas empresas, de volver a pensar en todas las personas y no sólo en el beneficio para cuatro.

No lo van a hacer por esos motivos, pero tengo la esperanza de que si ven que ya no pueden vender lo de antes lo hagan por eso. A lo mejor cuela.

Luego está lo personal, el sentir otra vez que por no partir de una buena situación socioeconómica se me niega lo esencial, no se me quiere dar ni media oportunidad, ahora resulta que para tener un mal trabajo hay que conocer a alguien. No tiene ningún sentido, y no sé si debería seguir haciendo nada para que luego me lo nieguen otra vez, se inventen otra excusa, es que ahora no tienes esto, es que te falta este título, este idioma, y es para ser reponedora en un súper. Y siempre con esa sonrisita de satisfacción, de yo elijo.

Y no nos olvidemos la puntilla: la culpa es mía por no ser positiva, por no tomármelo con humor, por no irme contenta al matadero, por no sonreír a quiénes sin conocerme, sin saber cómo funciono, creen que atacándome me harán reaccionar y espabilar, el puto concepto de espabilar que sólo quiere decir que alguien te jode supuestamente por tu bien. Cuánto daño hace y va a seguir haciendo la admiración por el pícaro español en este país, mucho hablar de lo corruptos que son, pero estoy convencida de que muchos se cambiarían por ellos sin dudarlo y harían cosas peores incluso.

Pues yo no, yo sólo quiero estar a mi aire sin tener que pisar a nadie salvo que me pisen. Y además prefiero que la gente esté contenta, debo de ser lo peor.

He tenido mis noches sin dormir, mis lloreras incontroladas, mis problemas añadidos, pero todo eso ha terminado antes de lo que solía y no entiendo porqué, quizá simplemente me esté adaptando a lo que va a venir a partir de ahora, sea lo que sea.
Sobre mis amigos, ellos saben quiénes son, espero que no tardemos mucho en volver a vernos, y que sus problemas también se vayan resolviendo, que este año se acabe pronto y tengamos la esperanza de otro mejor, aunque sea un poco pronto para estar pensando ya en eso.

El próximo post, desde un pueblo costero de mala muerte sin identidad, con una fábrica de butano al lado y con miles y miles de existencias de cerillas en un montón de tiendas. Y mis padres portándose mal, Don Isabelo siendo llamado foraster por algún imbécil clasista al que le conteste mal o no le vuelva a hablar, esa familia materna que siempre opina sobre lo que no debe…



No hay comentarios: