domingo, 13 de julio de 2008

QUE PAREZCA UN INCIDENTE





Hace ya unos meses, tuve la oportunidad de ver las denostadas "Señales" y "El bosque", para mi gran sorpresa -que no fue la que nos pone M. siempre y que tanto importa para algunos- me parecieron más que interesantes, sobre todo la segunda, una crítica en toda regla al afán de control más perverso, una película en la que sigo pensando a veces, como todas las suyas; de él me intrigan muchos más aspectos de los que puedan apreciarse a primera vista, me importa poco si "da miedo" o "no da miedo, no es como El sexto sentido ", los argumentos típicos del insustancial utilitarista que solemos tener por compañero de trabajo y al que todos sus contactos no pudieron conseguirle una capacidad de abstracción o un criterio formado fuera de lo que haya podido leer en el diario gratuito esa mañana. Estoy harta de aguantar a nulidades cuya única cualidad es ser majos y pelotas y esto sí es arrogancia, me parece más necesaria que nunca frente a ignorantes orgullosos de serlo*.

Lo que quizá en un forero pueda resultar molesto, en un creador no debería serlo; entiendo que alguien como Shyamalan, un creador -y no un teleoperador, un funcionario o un crítico de cine, sujetos a rutinas y servilismos- que trabaja en lo que le apasiona de verdad, se sienta orgulloso de sus obras, y le moleste que pretendan machacarle con críticas muy destructivas basadas en las dos ideas más preconcebidas respecto a sus películas: que son de terror, tienen que cumplir esa función y no pueden ni deben ir más allá, y que toda la trama está siempre al servicio de la sorpresa, ay del Apu como no nos maraville, que le acusaremos de artificioso y rebuscaremos en cada escena de "El Sexto Sentido" a ver si Bruce Willis suelta o no su vaho en el minuto quince de la escena treinta y tres.

Sólo en ese primer éxito suyo, ya hay mucho más a considerar que lo evidente: la melancólica y opresiva atmósfera de la cinta, el retrato del apocado niño protagonista, la maravillosa relación con su madre en contraste con otras relaciones paternofiliales más controvertidas que aparecen en la trama -esa escena en la que Cole le cuenta a mamá lo que le dijo su abuela es irresistiblemente conmovedora, para mí es la más hermosa de la película-, los fantasmas más extrañamente realistas que he visto en cine o incluso un homenaje a "M" de Fritz Lang, el globo contra el tendido eléctrico. Y lo que más importa es si Bruce Willis está muerto, que ya lo habían adivinado -siempre que nos lo podamos creer, claro- y por eso la película es mala, qué somos unos tontitos y nos dejamos manipular por ese tramposo del Apu. Y luego además es un creído, y no como Nos, esos humildísimos cinéfilos de toda la vida de Dios que ejque gobernamos el mundillo desde nuestro foro, ya no digamos desde nuestro blog o desde el fanzine de mi amigo Perico.

No cuela, chavales. Además, yo también tengo un blog, así que estamos igual.

A falta de ver "La joven del agua", ese cuento romántico de ondinas urbanas en el que el indio osa cargarse a un crítico de cine, sacrilegio imperdonable donde los haya -no me lo digáis: eso va a ser lo más importante- , y habiendo visto "El protegido", sin duda mi tipo de película de superhéroes, triste y hermosa como "Señales", "El bosque" o esta misma, "El incidente", con su tono de fábula y sus bellísimas imágenes que siempre queda alguna en el recuerdo, sus familias de personajes callados e ingenuos, sus tristezas finalmente superadas gracias al apocalipsis aparente de sus mundos.

Quizá en esta última obra de Shyamalan queda más clara que nunca esa extraña idea suya de que un apocalipsis es necesario para hacernos ver lo que es realmente importante, en su caso, el vínculo con nuestros semejantes, el poder comunicarse con ellos; da la impresión de que la acción de lo que sea que amenaza las ganas de vivir de los habitantes de ese mundo desolado lleno de móviles selecciona a los más desconfiados, a los que son más masa que individuo, no creo que la lectura ecologista sea la única o la más evidente; si eso fuera tan así, en vez de cargarse unos franceses en el parque se hubiera cargado a unos españoles en misa o aún peor, en una corrida de toros.

No será su mejor obra -creo que aún está por llegar-, pero es bastante más interesante que la inmensa mayoría de lo que se ha estrenado. No deja de sorprenderme que una película tan apocalíptica sea a la vez tan esperanzada.

*Añadido 8 de septiembre de 2015.

La que ser armó con este post. Al parecer se me vio como muy condescendiente y que tenía que aceptar "otras visiones" que consistían en contarme La Joven del Agua y lo terrible que es, que a mí no me gusta que Shyamalan se quiera tanto a sí mismo -otros autores sí, pero esos me caen bien y les justifico, ok-  y en no querer entender a qué clase de personas me refería con "insustanciales utilitaristas", por si no hubiese sido suficientemente concreta; aunque admito que hay tensiones de mi trabajo de entonces que se reflejan en ese concepto, por supuesto. Quizá hoy en día no hablaría de compañeros de trabajo, lo expresaría de un modo más sintético, pero ahi siguen los insustanciales utilitaristas varios, haciendo daño por todas partes. 

De hecho, este post no sería suficiente para hablar de lo que pienso de Shyamalan hoy en día, tras seguirle en tuiter y sus últimos fracasos, veo a un tipo bastante ingenuo, o que se calla muchísimo, y no entiendo cómo se las arregla en un mundo tan hostil como es el de Hollywood. Hace un tiempo que le perdí la pista, pero suelo acordarme de sus películas con frecuencia, me gustaría revisarlas a ver qué me parecen ahora.

Sigo sin haber visto La Joven del Agua, me la imagino irregular, pero interesante, siempre me ha gustado su premisa. Lo de su arrogancia creo que seguiría sin molestarme, no me parece mayor que la de otros muchos creadores, ahora parece que vuelve a hacer películas en este plan, quizá vea La Visita algún día, After Earth y aquella para niños que nadie lo espere, no me interesan. Y Wayward Pines, no sé. 

Una vez más, releo comments y veo mi blog fiscalizado, me alegro de que esa sensación se haya desvanecido en parte, aunque es fácil cuando ya no te lee casi nadie. Por mucho que dijeran, no venían a hablar conmigo, venían a buscar una oportunidad de corregirme y sentirse la hostia por ello. Pues ya no. 

Al final de El Incidente apenas hablo, y aunque sólo la vi el día de su estreno, lo que más se me quedó fue aquel amigo del protagonista que no hacía más que malmeter contra su mujer, y visto de manera negativa, además. Me pareció fantástica esa visión ya entonces, pienso mucho en ello porque me parece un personaje que debía de ser tremendamente machista, me gustaría volver a examinarlo.

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