viernes, 5 de octubre de 2007

IRRESPONSABLES




Resulta que leyendo la web sobre acoso escolar que tengo enlazada, me he encontrado con esto:

PSICOLOGITIS EDUCATIVA

Si existiera la palabra “psicologitis”,sin duda el diccionario la definiría como “inflamación de la psicología”, con lo que este título vendría a referirse a una hinchazón de la psicología en la educación. Vaya por delante mi respeto a la psicología y a los psicólogos, tan necesarios en muchas ocasiones, pero, en exceso, no todo es bueno, tampoco en educación.

Llevamos unas décadas con la sensación de que Educación está en manos de psicólogos y psicopedagogos, muy interesados en el desarrollo personal de los alumnos -lo cual es bueno- y no tanto en que adquieran conocimientos -que es lo que siempre había sido muy bueno- hasta el extremo de que ha circulado, a menudo, la dañina especie, que muchos interesados han tomado por buena, de que un buen profesor no necesita saber mucho de su materia, sino que es mejor, aunque sepa poco de ella, conocer mucha psicología.

El descenso del nivel de conocimientos en nuestros estudiantes, por lo que se nos ha llamado la atención reiteradamente, parece un asunto asumible, sin importancia, que suele despacharse con frases como: “No sabrán Lengua, Historia o Matemáticas, ahora saben otras cosas que antes no sabían”, pero que nadie ose insinuar un acoso escolar entre alumnos; por cierto, una extraña encuesta decía que son acosados en el colegio multitud de muchachos–uno de cada tres o algo así- y la gente se lo cree. Después de media vida en la enseñanza, uno sabe que se da algún caso de acoso entre estudiantes, que hay que erradicar, naturalmente, pero lo de la encuesta es insensato, a no ser que se considere acoso el que un adolescente llame a su compañero, un día, gordito o gafoso. Esa es otra: los insultos. La dichosa encuesta decía que el 80 % delos chicos son insultados por sus compañeros. ¡Alguien puede imaginarse a un niño que, a lo largo del día, no llame bobo, o algo similar, a su compañero! Y, el superar estas situaciones, ¿no será una preparación para lo que les espera en la vida laboral, donde habrá de pisar, desgraciadamente, sin miramientos, a quien sea, si quiere ascender?

En otras generaciones, hemos sobrevivido al verdadero acoso: el que ejercía aquella infausta educación del tortazo como método, incluso a abusos deleznables, de los que circundan los juzgados americanos y que repele recordar, aunque algunos sobrevivieran de mala manera.

Yo pienso que la vida infantil discurre con mayor sencillez, sin demasiadas complicaciones, los niños son niños y, los adolescentes, adolescentes; y un buen profesor de Lengua Española debe saber mucha gramática, incluida la gramática parda.

ALONSO CHÁVARRI


Soy la primera que sospecha que se está exagerando e inflando la situación, precisamente porque me sentiría mucho más tranquila de saber que seguimos siendo pocos, aunque no puedo evitar pensar que igual estas situaciones si no han aumentado, han empeorado en sí mismas: he visto la mirada perdida de algunos padres en coloquios con tertulianos a los que es muy posible que les importe poco o nada el tema que estén tratando, hoy demuestran que Dios existe y al día siguiente que no, esa es su única preocupación. Me refiero a que si antes se limitaban a no invitarte a los juegos del recreo o a repetirte una y otra vez lo raro que eras para que te quedara bien claro, ahora van y te clavan un compás en la espalda, te rompen una pierna o te violan en el baño y a lo mejor eso empezó con unos insultos de estos que tenemos que superar, porque la vida laboral va a ser igual o peor, no hay otra, hay que aceptarlo, según el tipo este.

¿Sabes qué, tío? espero que te acosen a ti en el instituto en el que estás, a ver si te parece algo tan normal y tan fácil de superar, así como así. Veremos entonces qué te parece tu redacción sobre el particular, señor profesor.

¿Veis lo que os decía en los comments de mi anterior post? Así va España, con pasotas de este calibre que piensan que hay que aceptar que se pise a otros para ascender, así tenemos los jefes que tenemos, no lo dudéis, si queréis progresar en vuestro trabajo mínimo hay que ser un sociópata del quince.



No hay comentarios: