martes, 25 de julio de 2006

IDA Y VUELTA AL INFIERNO II



Recordaréis éste reciente post.

Dejo constancia del nuevo suceso de esta noche, por si tuviese que tomar medidas en un futuro: otra vez me ha tocado el extremeño radical al volante, el de Puerto Hurraco, y lo ha vuelto a hacer; nos ha llevado a poner gasolina a mí y a otra chica y delante de mí, y mirándome a mí, con una sonrisita de autosatisfacción, le ha dicho a la otra:

"Pues no creo que seas de aquí, ¿eres de padre peninsular?, porque los mallorquines no son simpáticos."

La única mallorquina del bus era yo, era inútil mirar atrás a ver si había otro isleño que pudiese ayudarme o apoyarme con su sola presencia.

En fin, hay tres posibilidades:

A) Es una conspiración, es amigo del macarra puntilloso y pretenden hacerme sentir mal. Supongo que en el próximo viaje a la gasolinera dirá que las mallorquinas son unas zorras o similar. Reclamad porque alguien os amenazó con agrediros para encontraros que alguien considera que sois unos chivatos y hay que castigaros, por corporativismo busero. La próxima vez dejaré que me bajen del bus a ostias, que dijo el macarra, será lo mejor para acabar de una vez.

B) Estos forasters, a los que llamo así, porque sin duda están orgullosos de sentirse como tales aparte de merecer tal calificativo, pretenden fastidiar a los mallorquines a través de mi persona, ya que no tengo pasta, no soy hotelero, soy una mujer sin fuerza física y no llevo amigas ni compañeras de trabajo en el bus conmigo: cada día es más difícil no pensar que aquel catalanista del blog tenía razón, que a estos "honrados trabajadores" sin cultura y sin curiosidad que usan Mallorca como si fuera el water de España y nosotros la mierda que flota propia de allí, si les dejan sin trabajo, no perdemos nada. Le dije entonces que había gente así, pero que no eran ni mucho menos todos, pero no sé yo si van a ser mayoría más que excepciones.

C) Es un imbécil que pretende ser simpático y carece hasta de la empatía necesaria para ponerse en el sitio de las personas a las que está ofendiendo, aparte de ser de esas personas que se creen que quién no es gracioso y dicharachero todo el puto tiempo necesita ayuda psiquiátrica. El problema es que yo tiendo a pensar a la inversa.

Pues no estaba muy contenta ya, añoranzas, tiempo detenido y tal, y encima parece que hay personas que se sienten molestas porque no les diviertas o les hagas caso, o que incluso están pensando en fastidiarte porque le has hecho algo a un colega suyo, sin entrar a valorar si lo que hizo ese colega estaba bien o no.

Pues no sé qué es peor, y no va a servir de nada pasar, esto ya me lo sé: se irá envalentonando, y no sé muy bien qué hacer; cómo creo que espera que conteste, no voy a justificarme ni le voy a contar mi vida, no me da la gana, como mucho me llevaré una libreta y cada vez que diga algo, la sacaré y que vea que lo apunto todo.

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