miércoles, 7 de junio de 2006

POST CUESTIONARIO I



Otra vez tras la barra, no tengo remedio: este año además me toca con los de la cerveza y el frankfurt, para más inri; ya estoy echando de menos a los ingleses, y he de decir que el pequeño porcentaje de checos que debo atender por señas muestra una actitud mucho más positiva y respetuosa, hasta el momento...

Otra vez, hay cuestionarios de los cojones. Ya no sé qué horrible agonía se le podría desear al inventor de semejante sistema de control sobre los trabajadores de la hostelería, a base de dejarles indefensos ante cualquier gilipollas que quiera descargar sus frustraciones sobre recepcionistas, camareros, cocineros, técnicos o la misma isla que no sabe si es italiana, griega o del Mar Caspio.

Además, este año soy la más informatizada de la recepción y me toca a mí escribir las puntuaciones en el excel destinado a tal fin; sólo llevo dos semanas y algo en este pequeño hotel -una compañera del módulo me recomendó, estoy en una ciudad costera clónica de la mía, a diez o doce kilómetros de ella-, en un nuevo comienzo con reminiscencias del pasado: se parece mucho a los apartamentos en los que empecé, pero es otra demostración más de que no sé todavía donde estuve trabajando, si era un burdel o qué.

Pues ya me ha tocado la china. Una tía ha puesto en los cuestionarios cuatro veces -en obscenas mayúsculas- que si die neuer Mitarbeiterin* debería ser formada y no contenta con eso, me ha puesto como "lo peor" y que todos son amables y eficientes, menos yo. Hala.

Ya que nosotros no podemos opinar sobre ciertos clientes a nuestra vez, me voy a tomar esa libertad en este mi espacio, todas las veces que sean necesarias, de ahí la numeración del título. Confío en que no sean demasiadas, si me despidieran por tener la mala suerte de caer mal a los suficientes cabezas cuadradas...no sé qué se puede hacer si se supone que tu personalidad no es adecuada para trabajar, ¿entonces qué haces? ¿te apuntas a un curso de interpretación? ¿te conceden una pensión por invalidez emocional? ¿hasta dónde vamos a llegar en la homogeneización de perfiles a lo OT?


Esta miserable walkiria de saldo que se cree tan importante como para que lo cambien todo de arriba abajo mañana mismo por sus quejas en todos y cada uno de los apartados, excepto en lo referente al comedor y su servicio -ya se veía ya, que ha pasado mucho tiempo en restaurantes, comedores y todo eso- no sólo ni se ha preocupado de preguntarme cómo me llamo, sino que creo saber porqué me señala de ese modo tan malicioso, como esperando que me despidan de forma fulminante, porque "no sirvo".

Primero no me daba cuenta, sé que la he ido saludando -ahora sé que ella y los otros dos trolls sí me estaban mirando mal, no eran imaginaciones mías- como a los demás, la he atendido con amabilidad, ya sé que mi alemán no es muy bueno todavía, pero no llevo toda una vida estudiándolo como el inglés. Ojala los checos lo hablaran, sería un alivio.

Es posible que tenga que ver con su amiga la histérica, que no vino su bus del aeropuerto -algo que es responsabilidad de la agencia, no nuestra- y la idiota esta se enfadaría por eso, creyendo que no quería ayudarla, cuando llamé al aeropuerto y le expliqué que tenía que dar la factura del taxi en el mostrador de la agencia, que ellos se lo pagarían, que así es como se hace. Pero claro, la gilipollas esta no me debió ver hablando con la amiga suiza de la histérica, que se lo volvió a explicar fuera, junto a sus maletas.

Y entonces decidió darle su merecido a la "inútil" emborronando un cuestionario entero, presa de una rabieta injustificada y acusando a alguien que incluso se excedió en sus funciones, de ser un mal profesional, de no estar formado, cuando el próximo junio me dan un título de Técnico en Alojamiento, y de no ser amable. No sé que entenderá esta vacaburra por ser amable, el caso es que como se le ocurra volver más avanzada la temporada y me vea allí, le da un soponcio.

Y no pienso ser amable, cuidado que no le encienda el puto cuestionario con un mechero en las narices de lechón.

No sé como esta morsa engreída de bigotes kilométricos -a ver si nos depilamos la cara, que parecías Abraham Lincoln, coño, y eso que eran rubios los vellos...- se atreve a pedir educación o un buen trato, cuando viene aquí a pasearse de cualquier manera, vestida como un saco de patatas turquesa y unos pelos escarpidos y pintados de rojo chillón, sólo porque no está en su Alemania natal, que ante los esclavos de Europa no hace falta arreglarse, que se aguanten.

Por no hablar del revelador hecho de arrastrar sus enrojecidas morbideces hasta el comedor lo más rauda posible, a fin de que no se le acabara el käse** fresco que pedía con tanta ansia en el apartado del comedor, que no había suficiente para rellenarla y paliar sus seguras frustraciones de toda índole, sus descuidadísimos treinta y cuatro años que parecían cuarenta y cuatro mal llevados o el estar tres semanas en compañía de otras dos focas informes, una jovencita que de poco le servía serlo y algo con cara de susto que parecía una vieja ex - niña prodigio, con los lógicos resultados de nula actividad sexual, como no fuera con la histérica y de ahí la rabieta subsiguiente...

Y que no se le ocurra venir sin el título de bachillerato germano o lo que tenga, que no pasa a la habitación ya que tanto exige que me reeduquen, no sé si en Dachau o en Auschwitz, que ya no son la raza aria, por mucho que algunos parezcan estar pensando todavía en eso.

Y francamente, una tía tan estúpida como para poner que vinieron al hotel por su finanzielle situation***, o sea que no tenía un duro, está claro que se está poniendo hasta por encima del resto de huéspedes, como si nos hiciese un favor a todos regalándonos con su abundante presencia, siempre que claro está, echéis a esa tontita a la calle.

A ver si engordas tanto que no te dejen ni sentarte en el biergarten de al lado de tu casa, y mucho menos subir a los aviones, marsopa nazi. Eso que habremos ganado todos, hasta los adefesios inexpresivos que te acompañaban ligarán más.

*la nueva empleada
**queso
***situación financiera

*Añadido 7 de febrero de 2015: pienso que bearbeiterin es una suerte de oficinista, de todas formas, no debí criticarla por su físico, no es el tema. Siento haberme pasado tantísimo con lo que no es, decididamente, en la actualidad lo enfocaría de otro modo y me centraría en su clasismo, sin duda. Y además tendría muchísimo que decir sobre la necesidad de saber idiomas perfectos para dar llaves y hacer cuatro cosas: ninguna, que en sus países no se permite que tengas un negocio allí y te limites a chapurrear cuatro palabritas, y en la situación actual no queráis saber lo que creerán poder exigir, especialmente los alemanes.



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