lunes, 9 de mayo de 2005

EJERCICIO DE FURIA ESPAÑOLA



UNA ESTAFA (Olga Francés, Barcelona)

Tengo 36 años y me siento totalmente identificada con sus protagonistas: he trabajado y estudiado casi ininterrumpidamente desde los 18 para labrarme un porvenir y llegar a ser independiente algún día, pero ahora que ha llegado la hora de recoger los frutos de tanto esfuerzo y sacrificio me tengo que conformar con unas condiciones de trabajo indecentes y un coste de vida disparatado que me obligan a seguir viviendo con mis padres. Una auténtica estafa: cuando eres joven no puedes exigir porque no tienes formación ni experiencia, y cuando ya las tienes, tampoco, porque eres mayor. Y entretanto, alguien se ha estado enriqueciendo a tu costa durante buena parte de tu vida. En la universidad me hicieron creer que en una economía capitalista (el sistema perfecto para aquellos que carecen de escrúpulos y normas éticas) es el "mercado" quien dicta las normas, pero ahora me doy cuenta de que se trata de una gran mentira: quienes dictan las normas en nuestro país son los de siempre, es decir, la derecha más rancia de Europa, la misma que tras 40 años de miseria, ignorancia y miedo nos ha robado la posibilidad de ser alguien en la vida a la primera generación de hijos de trabajadores con estudios superiores. La historia se repite, seguimos siendo sus esclavos y el consumismo, su mejor arma para tenernos bajo control.

8 de mayo de 2005, sección "Cartas y respuestas", suplemento "Magazine", Diario de Mallorca.

Esta carta la enviaron en respuesta a un dudoso reportaje que promocionaba la nueva etiqueta acuñada por los medios para justificar la triste situación descrita por esta joven en su misiva: ahora somos "guapos y pobres", y digo somos, aunque yo sea una modulera, porque creo que también vale para todos aquellos que seguimos soñando con la independencia económica y personal, ahora convertida en utopía por ese coste de la vida; además, ese es el único pero que le pondría, esa idea errónea de que se es alguien sólo si tienes carrera, y que ésta deba servir para algo por narices, y no sólo para obtener unos conocimientos extra, por ejemplo. Esa es precisamente la razón por la que hay quién tiene carrera y no le sirve para nada, excepto para agitar el título ante los incrédulos ojos ajenos, que no se explican como alguien que ni siquiera sabe redactar o se halla falto de la cultura general más elemental puede poseer un diploma, o hasta una licenciatura. Muchas veces es todo lo que tienen, de ahí que se agarren a ella como una tabla de salvación.

Desgraciadamente, este sentimiento de frustración me es bastante familiar, sobre todo en lo que se refiere a su visión de la oferta de trabajo: no sé qué ocurrirá cuando mi generación vaya llegando a los cuarenta años, no sé si serán suicidios en masa o un facsímil menos sangriento de 1907, o si simplemente nos dejaremos morir en las calles, llenas de vagabundos sin oficio ni beneficio, y lo que es peor, sin internet.

De todas formas, también tengo un ejemplo de la clase de presuntos hijos de, y si no lo es, me da igual, es un muy buen ejemplo de la clase de incompetentes que contratan los que mandan, para ver cuánto pueden seguir mandando:


LA "FREAKI" QUE HAY EN MI - Laura Moyá

La freaki que hay en mí está a punto de mostrarse en todo su esplendor. Este mes de mayo, Antena 3 ha programado toda la serie de "La guerra de las galaxias", es decir y por orden cronológico, "La amenaza fantasma", "El ataque de los clones", "La guerra de las galaxias", "El imperio contraataca" y "El retorno del Jedi". En el fondo, se trata de empezar a preparar a la gente para el estreno del eslabón perdido entre las películas de siempre y las nuevas y que llegará a los cines dentro de poco: "La venganza de los Sith". Por eso, mi freakismo está a tope. 
Estoy empezando a programar las sesiones de tele junto a mi gata y en mi maravilloso sofá azul. A ella la vestiré con el gorro de Darth Vaider y una servidora desempolvará su espada láser para poder luchar contra el mal (¿lograré vencer sus garras y sus colmillos afilados?).
Incluso tengo preparado el menú: un revoltijo de champiñones, unas patatillas y unas aceitunas con anchoas (que los echo de menos).
Como pueden apreciar, soy una freaki auténtica. Sólo hay un inconveniente: el día señalado para la emisión es el lunes, el mismo que "C.S.I.". ¿Qué será de mí sin Grissom, mi superhéroe preferido?

8 de mayo de 2005, Sección "Telelevisión", Última Hora.

La primera pregunta ante semejante muestra de desinformación es si eso será periodista; quiero creer que no, que es la hija, sobrina o prima tercera de alguien, algo por otra parte muy extendido en mi isla, en la que o tienes padrinos o realmente no puedes encontrar nada, a menos que tengas mucha suerte o tus padrinos sean tus amigos, que siempre es menos efectivo en todos los casos.

Pero volvamos con la pretendida freaki.

Ese curioso término híbrido es producto de una torpe documentación, confundiendo a los frikis con los freaks, por no hablar de los que ha usado para describir elementos fundamentales de la saga de "Star Wars", como "espada láser" por "sable de luz" o la errata en Darth Vader, escribiéndolo Vaider, tal como lo debe pronunciar algún imbécil de su entorno, presumiblemente no friki. Y esto lo digo yo, que la Fuerza me ha importado siempre un pimiento, que si fuera el texto sobre "Expediente X" ya estaría en la ferretería eligiendo un hacha.

Todos estos errores serían hasta disculpables si no intentara hacerse pasar por "una auténtica freaki", en lo que como mucho podría ser una insustancial parodia carente de la más mínima gracia -me niego a concederle tanta inteligencia a esta freak- y que acaba resultando en nauseabunda maniobra para congraciarse con el público juvenil de uno de los peores periódicos de la isla, sensacionalista y sin atisbo alguno de crítica hacia nada, antítesis del mucho más interesante "Diario de Mallorca", cuyos colaboradores están a años luz de esta patética cosplayera solitaria, que a saber qué más cosas hace con su gata; es posible que hasta le escriba los artículos.

Al menos han hecho una cosa bien, la han confinado a la sección de televisión, con esa habilidad para documentarse, miedo me da imaginarla en la sección de sucesos o la de política, ni que sea local. La verdad es que ya le había leído otras cosas que no me habían gustado nada; ni ella ni su compañero de sección suelen escribir nada medianamente potable, y no dudo que el principal problema pueda ser que no les interesa lo que hacen, o que pensaban acabar en la misma televisión. La brevedad de la sección tampoco me valdría de excusa para no hacer un buen trabajo, ni que sea lo único que hayan encontrado en el caso de ser periodistas, en ese caso hasta sería aún peor.

Quizá una chica con la carrera de periodismo esté en su casa, tan desilusionada e impotente como la de arriba, porque tantos consienten en aceptar unas condiciones abusivas, en vez de unirse para protestar contra este estado de cosas: alguien dijo el otro día en un blog que estábamos volviendo al siglo XIX porque nos tienen dominados, haciéndonos creer que estamos bien porque podemos comprar tal o cual gilipollez, que habían eliminado toda posibilidad de contestación violenta.

Yo no hago más que pensar que esa va a ser la única solución, aunque luego lo único que haga sea bajarme "Working class hero" de John Lennon, si bien ya se sabe lo que decían en "La Bola de Cristal": solo no puedes, con amigos sí.

*Añadido 10 de febrero de 2015. No me gusta el título, ahora lo titularía otra cosa. Pienso que habrá sido de esta pobre Olga Francés y porqué no, de esta Laura Moyá.


No hay comentarios: