jueves, 7 de octubre de 2004

ES NOSTRO MICHAEL MOORE


He aquí dos de los mejores artículos de opinión jamás escritos este verano. El mundo debe conocer a este malinchista ejemplar, yo de mayor -es decir, la próxima semana- , quiero ser como él. No entiendo como no ha llegado a escribir en un periódico de tirada nacional...


AL AZAR

Ayudar sólo a los hoteleros


MATÍAS VALLÉS

El turismo es un negocio fácil de interpretar. En una buena temporada, el mérito corresponde exclusivamente a unos hoteleros visionarios, comprometidos, admirables. En cambio, si la temporada es mala, las culpas recaen sobre todos aquéllos que no son hoteleros. En la actual crisis turística -de la que usted es responsable, salvo que sea hotelera-, se nos insiste en que debemos ayudar sólo a los empresarios del sector, con énfasis propios de otros caudillajes. En concreto, se nos avanza que se les permitirá la madre de todos los pelotazos, liberarse de los engorrosos trabajadores y transformar sus hoteles en viviendas, de modo que las zonas que han erosionado queden irrecuperables para siempre. Tal vez no se explica suficientemente por qué no se ofrece la misma salida al propietario de una explotación agrícola en apuros, que también saldría del pantano urbanizando su propiedad. O un poco más allá, a cualquier ciudadano mallorquín con problemas de liquidez y que disponga de una parcela, con independencia de su calificación urbanística.

Nadie duda de que Pere Cañellas es el presidente que se merecen los hoteleros mallorquines, unos campeones de la previsión que, al contrario que sus colegas catalanes, prefirieron hundir su negocio a colaborar con un Govern de izquierdas. Somos conscientes de que es más importante regalarles una última espuerta de millones a preocuparse por la suerte de los empleados de la hostelería. Al fin y al cabo, éstos se pueden reciclar en turistas -una reedición del fordismo, Henry Ford quería que sus trabajadores pudieran comprar los coches que fabricaban-. Admitamos que la situación se agrava por la absoluta inoperancia de Matas, que siempre parece un atleta en enérgica fase de precalentamiento, pero que se esconde cual Oryctolagus cuniculus cuando en lontananza aparece un Prestige. Los más radicales pueden pensar que ya sería bastante benevolencia no hacer con los hoteleros lo que ellos han hecho con Mallorca. Los más académicos recordarán que, para mantener vivo el capitalismo, hay que cambiar a menudo de capitalistas.

*Alguien debería hacer pasquines con este artículo y bombardear toda Mallorca con ellos, con especial insistencia en chalets sospechosos de contener empresarios...en negrita, afirmaciones con las que comulgo hasta el punto de echarme al monte con gorrito y fusil.


El nulo peso estatal del PP local


MATÍAS VALLÉS

Francamente, no sé para qué nos esforzamos los mallorquines en votar y financiar masivamente al PP, si después somos excluidos -también masivamente- de la jerarquía de esa ONG. Nos limitaremos a los datos. En el Congreso orquestado para homenajear la corajuda gestión aznarista entre el 11-M y el 14-M, de resultados notorios, se constituyó un Comité de Dirección presidido por el juvenil Fraga y constituido por 17 personas. Tantas como Comunidades Autónomas tiene España, si se fijan. De hecho, cobija a gallegos, vascos, andaluces, castellanoleoneses, valencianos, madrileños y murcianos, además de Acebes. Por supuesto, ni un solo balear, si excluimos a Zaplana y pese a que se comenta que los conservadores gobiernan la colonia de ultramar.

El Comité Ejecutivo Nacional, inmediatamente inferior, cuenta con 40 vocales, casi tantos como votantes en las últimas generales. Pues bien, sólo una de ellas es mallorquina -Rosa Estarás-, en cicatera aplicación de la proporción demográfica del archipiélago pero ni un puesto más. Matas pertenece a ese órgano por su cargo en el Govern. Es decir, por voluntad balear, no del PP estatal. Para que se hagan una idea, la vicepresidenta ostenta la máxima representación insular con el mismo título que Ruiz Gallardón, imaginen si pueden un insulto peor.

Por lo que respecta a la Junta Directiva Nacional, en la que figuran tantas personas que a menudo hay que subcontratar a militantes del PSOE y del PNV para obtener quórum, tiene 30 vocales específicos y una sola mallorquina -Margarita Cabrer-, otra vez con una aplicación rijosa de la cuota demográfica, que no electoral ni económica. Además, Rajoy se ha desembarazado de ese mago de la coctelería llamado Zaplana, que ha pasado de padrino de Matas a pedigüeño del mismo. Y de todos nosotros, por añadidura. Si necesitan más datos, en el colmo de los desdenes, el congreso del PP ni siquiera encomendó el fin de fiesta a Joan Flaquer, para que explicara las 18 maneras distintas en que llegó a su hotel de Moscú la noche del Rasputín.



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