sábado, 23 de octubre de 2004

DESOCUPADA



Ja que no dimiteix, acoti es cap i no se'n rigui a damunt**

*Cita aproximada de lo dicho por el líder del PSM (Partido Socialista Mallorquín) a Joan Flaquer en las noticias, en ese parlamento balear de juguete que parece un café y en el que el interpelado y Rosa Estarás no dejaban de reírse por las alusiones de la oposición al feo asunto del Rasputín.

**Ya que no dimite, agache la cabeza y no se ría , encima.

Ahora tengo tiempo de ver las noticias y encontrarme con hilarantes sucesos como éste y esto de la presidenta de Letonia irrumpiendo en el funeral de los Sánchez en visita oficial al cementerio de Granada y concluyendo en batalla campal entre los lógicamente agraviados familiares y la policía: tal como lo presentaban en Telebingo ya no se sabía si era telecomedia o telediario.

Por si estos instantes de comicidad no bastaran para aliviar la típica desgana inicial al empezar las vacaciones forzosas, la directora de Fawlty Apartments perdió el control ante mis complacidos ojos soñolientos: me despertó a las diez de la mañana para que fuese a cobrar mi última nómina y el finiquito en un fantasmal hotel ya medio cerrado, y al entrar en el despacho no sucedió nada especial, tan falsa como siempre, me preguntó qué tal mi cumpleaños, lo cual me hizo recordar cómo dije que prefería no venir a la comida de empresa, siendo todo lo fría e implacable que se puede ser por teléfono.

Pensaba que me había sido fácil por eso, pero había minusvalorado mi capacidad de mantener la calma ante gritos y amenazas vanas: tras haber firmado y todo eso, empezó a preguntarme porqué no quise ir a la comida de empresa, que necesitaba saber si era una amargura ir a trabajar allí para mí, que la otra le había dicho que habíamos tenido una discusión, que si creía que me habían puteado no sabía todo lo que me quedaba por sufrir en esta vida, que cuando vino tu novio te dimos una semana -ahora me entero yo que las semanas consisten en dos días libres a los que YA tenía derecho de siempre- y los horarios más o menos bien...todo esto embalándose y alzando el tono de voz inadvertidamente, cuando yo ya me había levantado sin decir nada, intentando componer un gesto burlón, una cara de póker, pese a que interiormente pensara en decirle que me tendría que quedar toda la tarde de tener que explicárselo, pero entonces me giré y le dije: "Si tú no lo sabes, yo tampoco", y le dije adiós para siempre, no sin antes notar como enrojecía ligeramente y decía "Adiós, adiós, que vaya bien", volviendo a su frágil autodominio habitual.

Pronto descubrí que no era exactamente para siempre, puesto que me había dejado el móvil en casa, y había como tres llamadas perdidas de la susodicha: la llamé y me dijo que al parecer me había dejado el sobre con mis días libres, una pequeña cantidad, y que ella me la traería a un bar de la ciudad, que no hacía falta que fuese al hotel, dijo que me llamaría: más tarde, a regañadientes la llamé, pero no respondió. Todo aquello me daba mala espina, y entonces caí en que no me correspondía ningún día libre, que los había disfrutado todos más las vacaciones completas...estoy casi segura de que pretendía empapelarme de algún modo, no sé igual tenía a alguien escondido con una cámara de fotos, o taparme la boca con algún tipo de ofrecimiento económico. No negaré que me intriga mucho el motivo por el cual le pone tan nerviosa que me haya enemistado abiertamente con ella, pero no pienso ir a buscarlo...ya quedó suficientemente claro en la conversación que mantuve con un antiguo compañero de recepción hace escasos días: "Ella es un demonio", dije yo. "Tampoco es eso...pero es una bruja", respondió el otro.

Aparte de elucubrar sobre conspiraciones de salón, volví a tener un día de esos a lo Graham Hancock, y hasta pagué por entrar en el museo romano de la ciudad: me pareció que no eran tan diferentes a nosotros, tenían sus juegos, sus joyas, las estatuas que tenían en su casa no eran los originales sino copias de copias...andaba fantaseando otra vez con el cádaver del siglo XVII que apareció enredado hace pocos años en las raíces de uno de los pinos de la plazoleta enfrente de la parte trasera de la iglesia, tumbado por el temporal, y lamentando una vez más haberme perdido tan burtoniana escena, pensé en ir a visitar todos los museos existentes, aunque no me atreví a volver al museo religioso, la última vez no distinguía a las cuidadoras de las reliquias y entrar en la iglesia no me apetecía demasiado que digamos.

Así que decidí ir a la biblioteca, a ver si conseguía ver los frescos que habían descubierto en el edificio de al lado: tenía interés en ver qué habían dibujado los monjes del convento del siglo XV...ello no pudo ser porque se encuentran en el segundo piso , con los archivos, así que me tuve que conformar con ignorar los cuadros del enésimo adalid del arte moderno que exponía allí y observar desganadamente las tumbas y aljibes de otras épocas encontrados bajo la casa.

Poner morros como Mulder en la serie no funciona, por cierto...:P

Supongo que tendré que seguir leyendo, de momento. Quizá vuelva a intentar entrar en el cementerio de los protestantes o robar un enano de jardín, aunque sólo sea para entretenerme hasta que me toque preparar ya la maleta.


No hay comentarios: