jueves, 16 de septiembre de 2004

SAVING ROYAL TENENBAUMS




Stephanie Says

Stephanie says that she wants to know
Why she's given half her life, to people she hates now
Stephanie says when answering the phone
What country shall I say is calling from across the world

But she's not afraid to die, the people all call her Alaska
Between worlds so the people ask her 'cause it's all in her mind
It's all in her mind

Stephanie says that she wants to know
Why it is thought she's the door She can't be the room

Stephanie says but doesn't hang up the phone
What sea shell sea is calling from across the world

But she's not afraid to die, the people all call her Alaska
Between worlds so the people ask her 'cause it's all in her mind
It's all in her mind

She asks you is it good or bad
It's such an icy feeling it's so cold in Alaska, 
it's so cold in Alaska, it's so cold in Alaska

Ese indefinido espíritu entre la melancolía y cierta resignación no del todo asumida que caracteriza el mundo personal de Wes Anderson, patente ya en "Academia Rushmore", es en este film menos evidente, pero igualmente eficaz. Más que hablar sobre perdedores, nos cuenta la historia de unos fracasados relativos, es decir, fracasados en cuánto a las expectativas de otros o según el enfoque del que contempla sus perturbadas existencias desde fuera. Pero en realidad podríamos estar contemplando unas vidas interesantísimas, desde otro enfoque más optimista podrían ser triunfadores, aunque sólo fuera por encontrar un camino adecuado o aceptarse a si mismos tal cual son. Lo dejo a gusto del consumidor.

Se ha dicho que el director se inspiró en la familia Glass de J.D. Salinger a la hora de crear sus Tenenbaums: como admiradora de ambos artistas, tengo una puntualización que hacer en cuánto a este tema. Si bien es cierto que los personajes de Anderson comparten su rara inteligencia con Franny, Seymour o Zoe Glass, difieren de estos en muchos aspectos; mientras que los primeros resultan indiferentes a la realidad circundante, un poco por encima de los acontecimientos incluso, los segundos son mucho más vehementes y les preocupa bastante su alrededor, están bastante más enfadados con el mundo que cualquier Tenenbaum. Y esa sería sólo una de las diferencias.

Como es de suponer, lo más sobresaliente de este film son los personajes, todos de arrolladora personalidad y que más vale no describir porque me vería obligada a spoilear bastante los acontecimientos: sólo decir que el trabajo de todos los intérpretes es admirable, Gwyneth Paltrow resulta hasta sorprendente y Bill Murray demuestra una vez más que vale mucho más la pena de lo que se ha considerado. En cuánto a Gene Hackman y Anjelica Huston, magníficos ambos como corresponde a su talla . Ben Stiller está muy contenido en su dramático papel y Danny Glover está muy bien en un secundario fuera de lo habitual. Los hermanos Wilson demuestran ser muy inteligentes y especiales, tanto como el propio Anderson, al que conocen desde hace tiempo al ser colaboradores suyos. No se les debería perder la pista.

Cómo un Greenaway pop mucho más accesible, el cineasta compone cada escena con mimo, siendo muy importante tanto lo que ocurre en un primer plano como en puntos más alejados de la escena. Cada detalle del escenario, especialmente en cuánto al vestuario y los habitáculos de cada uno, ayuda a la caracterización de los personajes. Y si no veáse el piso de soltero de Eli Cash como ejemplo más que ilustrativo. La exquisita selección musical también ayuda lo suyo. Siempre me ha gustado "Stephanie Says" y ahora más, me arrepiento de no haberme comprado la banda sonora por la mañana, no hice caso de esa intuición.

Por encima de todo, más allá de consideraciones técnicas sobre si será videoclipera y televisiva en ocasiones- deliciosamente, diría yo- se cuenta una preciosa historia mediante diálogos lacónicos que expresan más de lo que realmente dicen y la narración en off, -a cargo de Alec Baldwin en la versión original- utilizando una estructura burlonamente literaria, pasando los fotogramas uno a uno y la composición del decorado y otros elementos ya mencionada, contribuyendo a la creación de una atmosfera de cálida frialdad, en la que la procesión va por dentro.

Ha vuelto a suceder: viendo la película te invade una cierta tristeza y más tarde se recuerda como si fuera muy graciosa. No me cabe duda de que nos hallamos ante un talento muy especial. Suerte, Wes.

Eso es lo que escribí en su día de esta película en el correspondiente foro de cine, cuando escribía en tres, concretamente. Esta tarde me he encontrado con que Adrián decía de ese comediante genial, Owen Wilson, que estaba bien en todos los papeles, excepto en esta película "que no hay Dios que la salve"...pero eso era de esperar, ese tío, exista o no, ni siquiera tiene weblog :P

Sé de más gente a la que el universo troquelado de Wes Anderson irrita sobremanera, aunque no entiendo por qué será eso, no es que tenga puntos de fricción evidentes como pueda pasar con Cronenberg o Lynch, que siempre tienen que hacer la gamberrada que provoque la estampida de media sala; pienso que será más bien una de esas veces en las que lo que para uno son virtudes para el otro son defectos, es frecuente que se produzcan opiniones encontradas cuando las características del autor de la obra son marcada y obsesivamente personales.

El caso es que esta tarde me he puesto a revisar "The Royal Tenenbaums" -la he visto en V.O. y sin subtítulos, la grabé así por error- , hacía demasiado tiempo que la había visto, primero cuando estaban a punto de quitarla, en el cine y luego en vídeo en mi casa, que la traje para que la viese mi hermana, sabía que le gustaría y así fue.

Recuerdo muy bien que fui a verla en un cine que no pisaba desde que era pequeña, y que había estado buscando sin sospechar jamás que nada más entrar en la sala ese día me encontraría con una de las primeras veces que me llevaron al cine, cuando aún había programas dobles, ahí vi nada menos que "El Mago de Oz" mutilada, hasta tengo memoria de la charla previa de mi padre sobre el caballo que cambiaba de color...pues aquella sala no había cambiado desde entonces, aún conservaba la decoración de los años setenta que en aquellos tiempos ya estaba desfasada, así que era el cine perfecto para ver los Tenenbaums, no existía un sitio mejor en todo el mundo. A veces pienso que nunca salí del todo de esa película, por esa pintoresca circunstancia y lo conmovedora y tierna que me pareció, que a la señora que me preguntó que si me había gustado le dije alguna barbaridad seguramente, ya que sólo recuerdo su cara de alucine...

Lo peor es que ha vuelto a ser toda una experiencia, aparte de lo mucho que me he divertido entendiéndoles y sorprendiéndome una vez más de la forma más absurda por ello, como si eso no fuera conmigo. Otra vez he pensado que dentro de las películas de familias disfuncionales que tanto me gustan, es de mis favoritas, junto con "American Beauty" y "El turista accidental", si bien es mucho más ingenua que estas dos obras, sobre todo en el el caso de la primera.

Hace relativamente poco tuve ocasión de ver el primer trabajo del director de este film, una noche de madrugada, "Bottle Rocket", y allí ya se hallaban ya todas las constantes que me deleitarían en el futuro, hermanos Wilson incluidos: si hay otra que me gustaría revisar es la sorpresiva "Academia Rushmore", que sea muy probablemente una de las mejores películas de instituto que he visto en la vida: la historia de un friki de lo social con peligrosas tendencias fabuladoras que en esta vida sólo aspira a organizarlo todo en su centro de estudios y a adaptar "Serpico" (!) como obra escolar, no puede ser otra cosa. Y encima Bill Murray como director de escuela irresponsable...espero que un día mi hermano olvide su gran vida social para instalarme el dvd.

En esta opera prima también existían referencias a Salinger, sobre todo al indeciso Holden Caulfield de "El guardián entre el centeno": cuando el protagonista se va al colegio a hablar con su hermana, recordé súbitamente la conversación final que tienen Holden y la suya en el museo de Historia Natural de Nueva York, casi al final de la novela, un museo que también sale en "The Royal Tenenbaums", cuando en el prólogo, Richie y Margot se van de acampada al mismo y no invitan a Eli, para variar.

En resumen, me atrevería a decir que Salinger y Anderson me gustan por el mismo motivo, por promover una manera diferente de vivir, dejando de lado la competición continua a la que nos vemos cada vez más expuestos: como perdedora relativa convencida, confieso que todo este blog está hecho por la Señora Gorda...


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