miércoles, 15 de septiembre de 2004

APACALIPSIS NOW



Tal que así me voy a llegar por la Albufera hasta el curro, a este paso...

Al final, en vista de la sesión continua de impotencia y desasosiego a la que sigo siendo sometida desde el principio de esta temporada infernal, y por lo que me queda en el convento, he preferido escribir uno de mis posts de desahogo, a ver si así evito algún tipo de explosión de carácter en alguna de las pocas semanas de suplicio que me quedan...no puedo garantizarlo, pero se va a intentar.

En mi de por sí tensionada y conflictiva escena laboral de estos meses ha habido un personajillo especialmente molesto: un cubano esbirro de la Stalinova que en un episodio más del Síndrome de Starling* que viene aquejándome desde la post-adolescencia más o menos, me ha estado acosando en broma, cosa que hace que todos me digan aquello tan bonito de pero si sólo son bromas...

Quizá habría valido la pena que cierta persona hubiera tenido unas palabras con él, pero me gustaría poder defenderme sola, y no parece que eso sea posible, ya que se empeñan en que nadie me está molestando, pero yo no lo siento así, pienso que se me está faltando al respeto y que se está comprometiendo mi honor, incluso, veo oscuras intenciones en este mono de feria enjoyado, cumpliendo tristemente uno a uno los peores tópicos sobre los sudamericanos, a fuerza de intentar seguir siendo el adolescente que hace mucho tiempo que dejó de ser y prorrumpir en melosidades y bromas pesadas sin gracia, pensando infantilmente que con la insistencia recalcitrante va a conseguir algo.

Lo peor de todo esto es que no sé como defenderme, he intentando ser ofensiva, por ejemplo, una vez que me dijo que le dolía el corazón porque no quise comerme una de sus indigestas cenas llenas de cebolla y chorradas -no sabe cocinar, es más , empiezo a pensar que no había sido camarero antes- yo le contesté que eso era porque se acercaba a los cuarenta...pero ni por ésas. Lo interpreta todo a su manera y no sirve de nada ignorarle, tampoco, acaba por volver a las andadas.

Temo acabar haciendo algo drástico o acabar recurriendo a la violencia, últimamente trata de cogerme del brazo, algo que me horroriza, porque es que no quiero que me toque, no confío en esta persona, por ser amiga de esa miserable que tenemos por superior y a veces intuyo que quizá tratan de propiciar algo, quizá pretendan que sufra algún tipo de agresión sexual, como culminación de la insostenible situación de mobbing que vengo sufriendo. Quizá sea una locura tener que llegar a pensar esto, quizá esté rebasando los dudosos límites de mi propia paranoia y les atribuya una maldad excesiva, pero quién sabe, no podemos estar seguras, visto lo visto...he pensado que podría ir a algún bar cercano a buscarme los cafés, pero lo veo inviable, y debo decir que el resto de integrantes de la barra procuran decirle que me deje en paz y están en contra de su Fidel particular: resulta que son de Comisiones Obreras y no tienen mejor opinión del bufón de la Reina de Corazones que yo misma, también irían a su casa para ponerle todas las cadenas de oro que le queden en el cajón y ver como se hunde en la piscina bajo el peso de la santería y la superstición...si ir más lejos, y sabiéndole su informador, tanto el barman como la cocinera se atrevieron a decir en su presencia que una era una inepta y la otra su perrito faldero, gran verdad dónde las haya.

Por otro lado, está lo de mi madre: si el otro día se me saltaron las lágrimas porque me contó cómo nadie la ayudó a sacar las cosas de la clase, -al final tuvieron que ir ella y mi padre con el coche- pero no dudaron en ayudar a la soplapollas que siempre había querido quitarle el sitio a poner las suyas...lo peor fue que señalara todos aquellos libros y cuadernos y dijera que eso era toda su vida.

No he visto esa escena y no puedo olvidarla, y no sé aún cuál será mi reacción cuando vea a esa pija rubia por la calle. No respondo de mí, si bien espero poder contenerme y espetarle solamente que un día de estos la renovarán a ella, y que me sentaré a verlo con galletitas de limón...si en estos años que le quedan a mi madre le hacéis más daño, no dudaré en hacer todo lo posible para que cierren el colegio en cuánto ella se jubile, así tenga que llamar a una inspección de trabajo de Plutón.

Ojalá pudiera sacarla a ella del colegio como ha hecho hace poco una amiga nuestra, mía y de mi amiga del pueblo, con su hija: al parecer la pobre niña siempre estaba sola en el patio, y nadie la invitaba a cumpleaños y similares porque no tenía dinero y era hija de divorciados: se trata de una niña encantadora que una aburrida tarde que pasé en casa de su madre mientras ella y mi amiga hablaban, se trajo un tres en raya y me dijo "Nosotras jugaremos a esto"...me alegro mucho de que hayan salvado a esta niña de los once años que pasé yo sola en el recreo por el mismo motivo; mi madre dijo el otro día por primera vez que debió cambiarme de colegio entonces, a mí y a los demás.

Tanta inconsciencia me enerva, no entiendo como es posible que un trabajo sea motivo para que las personas se conviertan en demonios, en monstruos capaces de cualquier cosa, y encima luego vivan tranquilos: a mí no me convence eso de que en realidad no es así, pocas veces he logrado tragarme esa evidente patraña. No sólo eso, sino que encima creen justo haber pisado las cabezas que han pisado, no sé entonces qué te queda como no sea quemarles el coche, matar a sus hijos etc. etc. siguiendo la máxima de yo no seré feliz, pero vosotros tampoco...

Quízá ahora que las verdades salen a la luz -esta mañana mi madre ha dejado de hablarse para siempre con una compañera suya que nos había puteado desde siempre, y encima haciéndose la ofendida- vivamos mejor, aunque es muy posible que acabe siendo en lugares distintos.

Creo que vamos a vivir tiempos interesantes.


*Síndrome de Starling: definición de la situación por la cual en numerosas ocasiones me veo acosada por tipos asquerosos que no sé que coño ven en mí, puesto que nada veo yo en ellos...

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