domingo, 4 de enero de 2004

CARBÓN DEL MEJOR


De no haberse sucedido una fatídica llamada en el día de ayer, cuyo contenido mi madre sólo se ha atrevido a revelarme tras comprarme un pijama de ositos, quizá con el propósito de compensarme por el disgusto, este post habría versado sobre el retorno de los Falleros de Cabronia o sobre el simpático invitado a comer que tuvimos en casa. Pero no. Finalmente sucedió, y de la peor manera, antes de lo previsto y con excusas más que lamentables por parte de mi familia lejana, ahora tan lejos como han estado siempre, puede que más.


Resulta que ahora no me quieren en el hotel por vete a saber qué auténticas razones: se me aconseja la visita a un psicólogo o un curso de autonconfianza y otras zarandajas, por lo visto. No comprendo muy bien cómo se ha pasado del "Estamos muy contentos contigo" a tales exigencias, a pedirme que haga un curso de interpretación para dar una falsa sensación de seguridad, nada menos.

En realidad la respuesta de este giro hacia el marrón oscuro en mi vida está en esa hermana de mi madre que nunca ha podido vernos ni en pintura: caprichosa y cruel como la niña que disfruta rompiendo los juguetes de otros, esta es sólo una más. No olvidaré esto tía, casi te diría que espero que no superes tu próximo cáncer...pero yo no soy como tú. A diferencia de ti, espero merecerme lo que pueda obtener de esta vida, que no se va a acabar porque tú lo digas.

Bueno. De momento, y a pesar de que he hablado con mi tío por teléfono yo también - quería oírlo yo de sus labios- lo único que tengo que pensar es en qué hacer exactamente: buscarse otro trabajo, naturalmente...mi duda está en si debo seguir en recepción, desoyendo a quiénes toda su vida se han fiado únicamente de las apariencias o si debo buscarme otra cosa.

No es el fin del mundo, sólo es fin de juego. Ahora a empezar otro...bueno, al menos ya no tengo que sacarme el carnet, evidentemente me costaría demasiado y después de cierto dispendio tendré que empezar a recortar mis gastos. Y no olvidemos que es una oportunidad de cambio.

No hay comentarios: