lunes, 5 de enero de 2004

LA FURIA DEL INFIERNO

Si hay algo que no me deje dormir es la rabia; espero estar de mejor humor más tarde, pero puedo asegurar que esta ha sido una noche de perros, dando vueltas en la cama y sin dejar de pensar en ir y decirles a esos intentos de millonetis superficiales que tengo por parientes que para mí estan muertos, y que no me vuelvan a dirigir palabra o mirada alguna...quizá no haga eso después de todo, pero es muy posible que decida no ir a más celebraciones familiares mientras viva.

No respondo de cual podría ser mi reacción en el caso de aparecer la hermana de mi madre, en estos momentos es para mí la mujer más odiosa sobre la tierra...ya veo ya, lo efectivos que son los psiquiatras a los que ella acude, por ejemplo. Y a la primera indirecta de primos tan ingeniosos como inútiles y enchufados estos sí, de verdad, me parece a mí que habría platos volantes y no precisamente inidentificados.


Luego trato de calmarme, porque claro, no se puede estar así, de uñas y morros todo el día, y hay que ser positiva, buscar soluciones prácticas: de momento, sólo se me ocurre buscar otro trabajo y me inclino a pensar que debería abandonar definitivamente la hostelería: la recorren demasiadas influencias adversas en mi caso concreto y tampoco es que sea el mejor trabajo del mundo. Estoy entre cartera, oficinista o dependienta, al menos para ir tirando...cuando me haya tomado unos días de relax que tenía programados, veremos si me hago traficante de drogas, bombera o pirata del Caribe.

No es que no le vea una salida a esto, es que ellos son mi familia y soy yo la que se avergüenza de ellos y no al revés: no me cambio el segundo apellido por respeto a mi madre, pero es lo que debería hacer. Y ahora me voy a comprar un par más de calcetines, que duren mucho a ser posible...espero que el psiquiatra al que pensaban mandarme los encierre a todos y les obligue a hacer el cursillo de autoconfianza del Dale Carnegie ese, que no era otra cosa que un manipulador profesional tan desprovisto de humanidad como ellos.


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