viernes, 30 de marzo de 2012

LA CULTURA DEL ESPABILADO



espabilar.

1. tr. Quitar la pavesa o la parte ya quemada del pabilo o mecha a velas y candiles.
2. tr. Avivar y ejercitar el entendimiento o el ingenio de alguien, hacerle perder la timidez o la torpeza. U. t. c. intr. y c. prnl.
3. tr. coloq. p. us. matar (; quitar la vida).
4. intr. Salir del sueño.
5. prnl. Sacudirse el sueño o la pereza. U. t. c. intr.
6. prnl. Apresurarse, darse prisa en la realización de algo. U. t. c. intr.
MORF. U. m. en imper. Espabílate de una vez y termina.
7. prnl. fest. Am. Escabullirse, marcharse.

Real Academia de Really Really Rancios


Si me preguntaran qué palabra del español odio más, sería esta, sin duda alguna. No hay para mí concepto más nauseabundo en el universo, especialmente en su segunda acepción: añadiría que ese quitarte la timidez o la torpeza es con saña, con crueldad, con la intención de que seas como ellos y así dejar de sentirse incómodos; no importa el tiempo que tarden, el daño que te hagan, si lo superas o no. No importa que tu entendimiento y tu ingenio sean los mismos o superiores al suyo –a veces esto último es el auténtico problema que tienen los espabilados varios contigo- , hay que imponerte el suyo, el ser un listo, un pícaro, de ser un poco malo o incluso mala persona, y hay que joderte para que se te grabe a fuego, sin tener en cuenta nada más.
Da igual que se llegue a la acepción tres, si se llega es que eras débil, es que te lo tomabas todo a mal, si no aguantas una broma, vete del pueblo, del país, más bien. Y es que en este país, el espabilado es el rey –y su yerno además-, son los que tienen la admiración de muchos, los contactos necesarios para tener todo lo demás que se venía valorando, aunque quizá eso tenga que cambiar, y de manera tan forzosa y dramática como permanente. No importa ser bueno sino caer bien, ese es el resumen.

Me pregunto si algún día se verá el que te digan que espabiles como una ofensa, como algo negativo, como la agresión absoluta que es para mí. Si algún día será a las personalidades agresivas a las que se deba corregir, que no acaben en terapias y psicoanálisis infructuosos todos los que no van a espabilar jamás, porque aún no saben que no les hace falta, que no tienen que pedir perdón por como son, que ya vale. Menos espabilar y más mandar a la mierda a manipuladores y perversos varios.

Es una palabra que trato de no utilizar jamás, es como lo innombrable, una palabra que sólo dicha evoca sensaciones oscuras y terribles, que traspasa la carne y la hace sangrar, que hunde en lodazales negros a quién la escucha, como un hechizo de dolor. Una sombra de aquellos tiempos en los que ser como soy era un crimen y una condena, y a veces parece que lo sigue siendo, que siempre tengo que ceder o comprender o callar.

Que si no hay que tomarse todo a mal, que si no era su intención, que si no iba por ti o por tu amigo, novio, hermana, lo que sea, aunque esté clarísimo. El caso es que te calles y que no se enfrente nadie al espabilado, que pueda seguir siendo como es y diciendo lo que le dé la gana, sin consecuencias, porque todos le tenéis miedo, un miedo absurdo que nunca entenderé. O esa admiración de locos, de querer llegar a ser un miserable de tal calaña, con tal de tener un montón de chorradas que luego ni os hacen felices, ni nada que se le parezca.

Y mientras tanto, sigue siendo el jefe de nuestra empresa, teniendo la razón sin tenerla, o diciéndote de quién puedes ser amigo.

Y por supuesto que el problema soy yo, ser un problema es mi sino y mi mejor virtud y mi peor defecto, y todos los espabiladitos del mundo nada podéis contra eso, quizá sólo pensar que un día me quemaré del todo y se me podrá aplicar la acepción uno.

Lo malo es que tengo mucha mecha y me consumo muy lentamente, para vuestra gran desesperación, todos vuestros venenosos “es para hoy” os los podéis guardar, que yo seguiré viendo como lo hacéis todo deprisa y mal, muy mal. Y lo que es peor, lo iré escribiendo aquí, con toda la paciencia del mundo.

*Una observación: al primer listo al que se le ocurra poner que espabile, le voy a borrar, aunque me esté dando toda la razón.

**Y lo siento por Javier Marías, pero es que tiene usted unos amigos....


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