sábado, 31 de diciembre de 2011
QUE NOS DEBAN MUCHA SUERTE
En lo laboral, mi año –ya nuestro año, a @Arredro le contrataron también en chez papá estado, gracias a su experiencia- ha sido extraordinario, casi milagroso; por mucho que digan que se valoran los títulos y que hacen falta moduleros, nuestras FP2 sólo han sido respetadas en el estado, pronto ni eso vamos a tener. Ya veremos qué será lo que pase, a veces pienso que quizá sea mejor que la gente deje de medirse por lo que tiene, y empiece a hacerlo por lo que sean, aunque lo veo difícil; no sucedería en un tiempo precisamente breve.
Veo que quizá el resto de mi vida transcurra en una suerte de transición económica y social, en un descenso a los infiernos, una vuelta atrás o varias consecutivas, tomando carrerilla para llegar a una meta móvil cada vez más y más lejana, o incluso una combinación de todo eso; no confío mucho en aprobar una oposición a un puesto en el que es más que probable que haya una señora con más puntos que un Seurat y contra la que no tengo mucho que hacer aunque saque un diez y pueda contar mi experiencia de un año entero. Podría tener suerte, pero ya he tenido mucha, aunque puede que me deban más de la que me imagino, no sé. Lo peor es que ya sólo quede la suerte, ningún otro factor parece poder puntuar de nuevo como positivo; ni mi edad, ni ya mis claras pintas de semiseñora o contactos útiles en mis sectores más frecuentados.
Porque lo que es trabajar bien o tener una formación mínima o máxima, eso no cuenta para nada, y es según le caigas a tu jefe, toda mi experiencia en la privada ha sido así, y no creo que eso pueda cambiar, al menos de momento; digan lo que digan los emprendedores, los neocones ufanos -encima, yo es que no les soporto más: a todo el que me venga con esas ideas, le dejo de hablar, te alegras de que me perjudiquen, no vamos a ser amigos además- o los viejocones deseosos de seguir veinte años más aprovechándose del complejo de esclavo de tantos. No es mi caso ni lo será ya, no sé si por fortuna o más bien por desgracia.
En lo personal, mi padre ya no está, mis amigos y mi sueño de una vida digna van a estar lejos un año más –aunque eso signifique también que tenemos ingresos hasta diciembre del año que vendrá, si es que los mayas no tienen razón y si no, les paga el BCE y listos- y no sé si servirá de algo desearos un feliz año mientras los graciosillos de TVE sueltan “Vente a Alemania, Pepe”, mucha suerte también para todos los que van a echar de allí, y de todas partes.
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