domingo, 13 de junio de 2004

ESTA NOCHE DISPARARÍA SOBRE ANASTASIA


¿ era más importante el debate sobre el pacto de Estado sobre la ciencia y el desarrollo tecnológico de España, a fin de no perder ni el furgón de cola de las sociedades subidas en el AVE de las nuevas revoluciones científicas y tecnológicas (nanotecnología, proteómica, computación cuántica, etc.), a fin de no quedar reducidos a un país de camareros y empleados de hoteles y campos de golf? (con todo respeto hacia esas profesiones, tan dignas como cualquiera, pero que si fueran mayoritarias en España, creo que tendríamos serios problemas económicos)

Cualquier comentario, en cualquier blog.

Es una suerte que haya recordado a tiempo que mañana tengo que ir a votar, gracias a la lectura de este blog; este tan digno trabajo de empleado de hotel hace que todos los días sean iguales... siento tener que confirmar a ese comentarista que en efecto, si en verdad el resto de europeos pretenden convertir este país en el yermo intelectual e ideológico en el que han convertido ya mi comunidad autónoma tendremos serios problemas, y no sólo económicos.

Entre esto y el descorazonador y familiar artículo que he leído esta mañana en el Última hora, no sé si ir mañana a votar a un español, no paro de imaginarme a Borrell vestido de camarero. Por fin alguien se atreve a escribir lo que todos los mallorquines sabemos desde hace décadas, que esa reconversión y diversificación de la industria turística que tanto necesitamos jamás se producirá; me ha sorprendido que incluso se ha atrevido a lo indecible, señalar a los hoteleros como claros culpables de esta situación: por mucho que empeore la chusma que traen los todopoderosos touroperadores, eso sólo afectará a la mano de obra, a la que cada vez se pagará menos, y a la oferta complementaria, los bares y restaurantes a los que no pueden ir todos esos personajes de "Trainspotting" que sólo pueden permitirse venir a desquitarse de su toque de queda allá en la Pérfida Albión justo aquí, en la antiguamente llamada Isla de la Calma.

Resulta que los hoteleros siguen ganando dinero, si bien cada vez tienen menos beneficios, los tienen de todas formas. Y no van a renunciar a ellos...no sé que nos queda hacer ante esto, con razón tanto trabajador acaba desquiciado: a ver si veis normal que una compañera vuestra se quede tres horas extras y no se las paguen, o que una señora directora rompa un documento importante en trocitos y lo tiré a la papelera sólo porque se ha puesto histérica, al venir otra vez ese socio carcamal que se pasea por tu lugar de trabajo sin venir a cuento, quejándose de que hay demasiados papeles, como si supiera para qué sirven...con pasar de él y desear que en una de estas, se caiga por accidente a cualquiera de los canales de aguas hediondas cuya pobredumbre asimilaría la suya con facilidad pasmosa, es suficiente. No hay porque hacer mobbing involuntario además del intencionado, digo yo.

No, si en realidad sé que ellos se reirán mucho con todo esto, sin importarles que tantas personas vivan humilladas y reducidas a la nada, con el terror de perder su fuente de ingresos, de no poder pagar su hipoteca, o alimentar a sus hijos o de acabar viviendo con sus padres hasta los cincuenta años. Parece que sólo hay unas tres soluciones: una, la reconversión soñada, dos, largarse con lo puesto y que esos miserables acaben contratando monos de feria o robotizando los hoteles por completo, y tres, que algunos acaben hartándose de verdad y decidan que a lo mejor a los hoteleros les apetece probar a reírse en el fondo del mar.

Aunque parezca mentira, la primera es la más improbable de todas. Y la tercera podría acabar produciéndose cualquier agosto especialmente intenso, a poco que apreten un poco más las tuercas al personal...

Llevo demasiado tiempo pensando en la segunda. Al resto de españoles sólo les diría que si no se quieren ver así, que piensen, que lean, que no se dejen avasallar, que defiendan lo suyo, que quizá algunos de los que un día fueron mallorquines estarán encantados de ayudarles a luchar contra esos pocos que quieren convertirnos en masa aborregada que ya no sabe quejarse.

[Sonando "Night train" de Guns'N'Roses. Nunca fui heavy, siempre lo lamentaré. La recuerdo del autobús del instituto.]


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