viernes, 26 de diciembre de 2003

DEAN STOCKWELL, UNA ESTRELLA DE CULTO


Mi atención empezó a centrarse en este actor a raíz de una anécdota personal, puesto que recordaba a este niño perfectamente:


"El niño de los cabellos verdes"-1948 de Joseph Losey, fue de los primeros filmes que comprendí en mi vida. Al revisionarlo el año pasado, me asombró como durante veinte años, había conservado el recuerdo de esta ingenua, pero aún vigente y necesaria película. Justo cuando me compraba mis primeras revistas de cine y empezaba a interesarme por David Lynch y su obra, averígué que la imagen que tanto me gustaba de uno de mis videoclips favoritos de los ochenta, "In dreams" de Roy Orbison, pertenecía a una película titulada "Terciopelo Azul"-1986, una historia que llegaría a formar parte de mis obsesiones personales, una parte de las cuales es el propio pelirrojo de Missoula.



Una incipiente cinefilia y mi fascinación con las extrañas coincidencias, harían el resto. Por si esto no fuera suficiente, averigué que aquel actor de errática carrera era nada menos que Al Calavicci, mi almirante favorito de la T.V. en "Quantum Leap" de Donald Bellisario, sin duda una de sus mejores interpretaciones, un personaje hecho a la medida de sus características gestuales y su peculiar idiosincrasia física. Es incluso mejor que "Magnum", y que Higgins me perdone...


Estamos hablando de uno de los intérpretes más trabajadores de Hollywood, con un pasado dorado de niño prodigio de la MGM, una juventud prometedora, y cierto descenso a los infiernos de la serie B para acabar renaciendo en los ochenta, como estrella de culto con algunos papeles protagonistas de importancia y cameos al servicio de grandes cineastas, como es el caso de su Howard Hughes para Coppola en "Tucker, un hombre y su sueño"-1988 o el Dr.Wellington Yueh en "Dune"-1984 , también de Lynch. Dos perfectos ejemplos de su gusto por los papeles pintorescos.

De su etapa infantil destacaría sin dudarlo sus bailecitos con Gene Kelly y Frank Sinatra en la un poco cutre y pastelosa "Levando Anclas"-1945 de George Sidney y la mucho más consistente "Kim"-1950 de Victor Saville, con un insólito Errol Flynn y Dean interpretando un papel casi adulto, el de un pequeño agente doble en la India de Kipling. Incluso empieza ya a no soltar el puro ni para dormir.

Como niño prodigio, resulta de los más naturales y graciosos que he visto, amén de su aspecto sanote, muy de la época. Según la biografía de Terenci Moix era su "niño ideal"...

Ya más crecidito e incluso de buen ver, en plan James Dean siniestro, intervino en un pequeño clásico del Cine Negro, "Compulsion"-1959 de Richard Fleischer, precursora directa de los thrillers de psicópatas diversos que tanto se estilaron en los noventa.





La tarde que la vi en La Dos me entusiasmó, está muy bien interpretada y posee vigor e interés. Basada en un hecho real acaecido en los años veinte, cuenta la historia de una pareja de estudiantes judíos, Richard Loeb y Nathan Leopold, que asesinan un niño sólo con el fin de demostrar su superioridad moral sobre el resto de mortales.

Hitchcock tomaría esta misma historia como base para La Soga, que fue lo que imagino que eclipsaría la versión de Fleischer, cuyas bazas frente a los venenosos diálogos de Hitch son su capacidad de sugerencia y el enfrentamiento entre el vulnerable personaje de Stockwell y el auténtico cerebro del "crimen perfecto", un joven Bradford Dillman.

En cuanto al resto de los sesenta, intervendría también en las para mí inéditas y ni olidas "Sons & Lovers"-1961 del director de fotografía Jack Cardiff, sobre una novela de D.H. Lawrence y "Long Day´s Journey into the Night"-1962*, adaptación del drama de Eugene O´Neill con la gran Katharine Hepburn y Jason Robards, de Sidney Lumet.

Más adelante y tras haber dirigido obras de teatro siendo muy joven, le dió por hacerse hippie a los treinta y dos y empezaron las locuras. Tuve el dudoso privilegio de visionar dos muestras de ese extravagante período, que se extendería hasta los primeros ochenta:

En "Psych-Out"-1968 de Richard Rush, nuestro amigo es un tal Dave, versión sesentera y con peluca del típico ligón de comuna- como si eso tuviera algún mérito en esas circunstancias- en lo que acaba por ser un panfleto moralista contra los tripis y sus catastróficas consecuencias. Al final es atropellado por culpa de una sordomuda y escurridiza Susan Strasberg. Y es que ya lo dijeron en aquel cameo suyo como villano en cierto episodio de "El Equipo A": "Este, por unas faldas se iría hasta el infierno". Como muestra hilarante de la cultura pop está bien, aunque mejor una de los Beatles.

"The Dunwich Horror"-1970 de Daniel Haller, es aún peor si cabe, impresentable y tan cómica como psicodélica versión libre del célebre relato de H. P. Lovecraft - al menos me animó a leer algo del autor-, cuenta con la presencia de Sandra Dee como el objetivo del Brujo que interpreta Stockwell. Sigo pensando que debieron hacerla sufrir más, sobre todo por esos melodramas adolescentes con Troy Donahue...eso sí que daba miedo de verdad.

Sin embargo, y de veras lo lamento de todo corazón, existe el bodrio definitivo de su carrera, la mítica "The Werewolf of Washington"-1973 de un tal Milton Moses Ginsberg(?), cuyo jugoso argumento consiste en que el secreto del Presidente no reside en la típica fuga de capital, sino en unas transformaciones nocturnas harto sospechosas...¿alguien ha conseguido verla y podría contar su experiencia?

Y llegamos a los ochenta, la década de su resurgimiento como actor, cameos mediante y con algún que otro papel principal, aunque su labor más sólida se compone de una larga ristra de secundarios aquí y allí, e infinitas apariciones televisivas con nocturnidad y alevosía.

Así y todo, aún le quedaba un as en la manga...es que es tan raro. Pero por eso lo queremos tanto.

"The Human Highway"-1982 de Neil Young (!), musical marciano con las estimulantes presencias de Russ Tamblyn y Dean mismo, recuperando sus pasos de baile de antaño y ofreciendo un esperpéntico espectáculo contra las centrales nucleares- Devo también se pasean por allí, de hipotéticos colegas de Homer fluorescentes- de talante ingenuo, desconcertante y definitivamente pasado del todo.

(Y pensar que la encontré una mañana de pellas de la Uni en El Corte Inglés. Fue el destino, no me cabe duda. )

Y ya hablando en plata, sus mejores actuaciones, a mi parcial y subjetivo entender:

"Paris, Texas"-1984 de Wim Wenders, contenida road-movie donde Dean es el atribulado hermano de un ausente Harry Dean Stanton, que viene a arrebatarle el sobrino que se había convertido en el hijo que él y su esposa no pudieron tener. Por una vez, interpreta a un tipo normal, y lo hace con esa naturalidad de los grandes, sin aspavientos y sin casi nada. Y resulta que lo es todo.

"Jardines de Piedra"-1987 de Francis Ford Coppola , obra "menor" de Coppola que habla de un tema muy importante: como afectan las guerras al que se queda en casa esperando, algo que me interesa más que mil batallas, por muy espectaculares que sean. Aquí Dean es un militar de alta graduación que cuida de que D.B. Sweeney y sus condiscípulos lleguen sanos y salvos a Vietnam. También constituye una reflexión sobre el modo de vida castrense.

Y por último, una de las mejores comedias de los ochenta, la portentosa y entrañable:


"Married to the Mob - 1988 de Jonathan Demme.




Singular filme que con nuevos visionados- y fueron muchos, demasiados, tuve que desgrabarla para no llegar a aborrecerla- gana en detalles y en interpretaciones.

En primer lugar, el ambiente mafioso de Angela Di Marco( una Michelle Pfeiffer bastante graciosa) es enfocado como si de un entorno normal se tratase, hasta el asesinato de su marido y la entrada en escena de Tony "El Tigre" Russo, un Dean Stockwell desatado, más histriónico que nunca. No hablemos ya de la loca histérica de Mercedes Ruehl y su corte habitual de esposas de criminales.

Un detalle a observar es que todos los gangsters van vestidos de forma anacrónica, supongo que parodiando al típico mafioso de las películas de los años treinta. Los federales no son menos desconcertantes, pues la pareja formada por Matthew Modine y Oliver Platt son unos chapucillas bastante cómicos, especialmente el ingenuo Modine, que es increíble que no lo descubran en menos tiempo. Cabe señalar que Demme parece sugerir en algunas escenas que los supuestos buenos y los supuestos malos se parecen más de lo que nos gustaría, como sucede en la realidad, a pesar de ser una especie de farsa superficial.

El fondo en el que se mueven todos estos peculiares caracteres no resulta menos curioso, sobre todo la peluquería en la que trabaja Angela y el Miami más hortera que te hayas echado a la cara. Finalmente es algo así como un relato costumbrista sobre la cotidianeidad de unos gangsteres.

Pese a cierta sobreactuación por parte de todos, -que a mí no me molesta porque me encanta-, resulta una propuesta ochentosa encantadora y a reivindicar.

Otro a reivindicar es este actor, versátil hasta límites insospechados, y del que probablemente no fueron aprovechados todos sus recursos, debido a una aparente irresponsabilidad por su parte o a un pasotismo total, siendo optimistas. No quería ser una estrella, y no lo ha conseguido del todo...aún en las películas más horrorosas de su extensa filmografía, da lo mejor de sí mismo.


Por eso ,cada vez que lo veo pienso...






!!!QUE VIVA DEAN STOCKWELL, COÑO¡¡¡

*Tuve ocasión de ver este film hace poco y resultó no ser gran cosa, a pesar de su reparto: el problema es que es teatro filmado y le faltaba garra, así de simple.

**Originalmente esta frikada suprema era un post en mi foro de cine favorito, pero he pensado que también debe tener un lugar aquí, como otros posts de cine o TV que he reciclado o reciclaré a tal efecto.

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