viernes, 28 de noviembre de 2003

VIAJES CON XISCALLY


Mil de gótica y sin rastro de arañitas en la falda


Tras este vano intento de resarcirme de lo que no es sino una irremediable afotogenia crónica, emprenderé el relato de mi segundo alunizaje en los Madriles, esta vez en pleno Expocomic, con los muchos peligros que ello conllevaba, aún con la ventaja de gozar de la agradable compañía de cuatro encantadores caballeros andaluces durante unas tres agotadoras jornadas llenas de reencuentros, desencuentros, cafés, comidas, cenas, frikis y puede que demasiado martini.

No puedo evitar mostrarme de acuerdo con las teorías de Mr. Pleasant, precisamente uno de los caballeros antes mencionados, a propósito de cómo varía la percepción de los hechos dependiendo de si uno lleva narrador dentro o no: en mi caso es casi automático, puesto que llevo escribiendo cartas, diarios e incluso alguna que otra teoría sobre películas de Lynch en servilletas de bar desde el instituto por lo menos. Así que ya puede estar seguro de que a alguien ahí fuera le sucede lo mismo; aún recuerdo cuando me carteaba con el Sobrino de Fotogramas y ya no sabía si iba a ver las películas para disfrutarlas o para opinar de ellas.


En esta ocasión, no estuve tan emocionada como en la anterior, que era mi primer viaje y me pasé una semana flipando y tres días haciendo la maleta: esta vez la organicé en una tarde, si bien tampoco pude dormir bien, estaba nerviosilla por las especiales circunstancias en las que iba a alojarme -se suponía que mi compañero de habitación iba a ser un semidesconocido del sexo contrario, lo cual era un asunto peliagudo a la par que gracioso- , por volver a ver a unos y conocer por fin a otros y por ir sola durante parte del viaje, si bien sabía que no debía hacer caso de presentimientos absurdos, sin fundamento y sin perejil.

Me levanté a las cinco de la mañana para acicalarme convenientemente y después de tres siglos en el baño y un par de autobuses, estaba en el aeropuerto; nada más pisarlo logré recordar cuales eran los pasos a seguir para adquirir la tarjeta de embarque: teniendo en cuenta que ya eran las diez y sólo faltaban dos horas y media, decidí desayunar un bocadillo de jamón serrano, un agua y un café. Lo peor de la ausencia de un copiloto es que nadie puede guardarte las maletas y tienes que cargar con ellas tanto si quieres como si no. Al pasar los controles de equipaje me encontré con la sorpresa de que mi primo el político se venía conmigo, lo que se iba a una asamblea de municipios. Le dije que el Expocomic sería más divertido que eso :P

Además creí ver a Espido Freire o a un facsímil suyo; de todas maneras no tiene demasiada importancia, puesto que no me atreví a decirles nada a ninguna de las dos posibilidades. Es que como sólo he leído "Melocotones helados", pues me dió vergüenza, si hubiera sido Almudena Grandes, por ejemplo, igual me hubiese animado a expresar brevemente mi admiración por su obra. Tampoco me voy a llevar toda la biblioteca por si aparece un escritor en mi vuelo.

Fue una desagradable sorpresa descubrir que tenía que pagar por los tentempiés del avión, lo que eso significaba que había para elegir: te tocaba más zumo de tomate y la patatilla era cara y de bote; hice un estropicio con el zumo y las turbulencias, pero llevaba kleenex en el bolso en previsión de torpezas varias. El matrimonio de al lado se preocupó por mí y me preguntaron si me daba miedo volar, pero yo dije que no, que me gustaba. Me mareé algo, pero procuré distraerme con la maqueta de España que se veía bajo nuestros pies. Cuando bajé del avión me volví a perder buscando la salida, y al encontrarla vi que no había nadie esperándome, así que imaginé que debía llamar a Mr. Serandel; éste me indicó cómo llegar hasta su posición usando el metro, cosa que conseguí aunque dentro del vagón no las tenía todas conmigo, pensaba si me habría equivocado todo el tiempo.

Una vez en la superficie, empezó el show de "Dónde está Scully?", venga llamarles y ellos que me decían cosas como "Te vemos, te vemos... ah no, que no eres tú" para finalmente aparecer tras un quiosco, primero Serandel , que se parecía tanto a sus fotos que lo reconocí enseguida y a continuación el que resultaría ser el silencioso Quantum. Después se presentó Mr. Pleasant, que era incluso más mil de mono de lo que cabía esperar y todos juntos esperamos al Capitán Cocoa, cuya egregia estampa acabó por atisbarse en lontananza, como corresponde a un hombre de su vocabulario. Luego nos dirigimos al hostal, que estaba en un sexto piso, pintoresco por detalles como el ascensor disfrazado de antigüedad o lo informal de sus recepcionistas, pero acogedor: me hizo gracia lo mal cliente que puedo llegar a ser, hablando demasiado alto por la noche o saliendo de la habitación después de las doce del mediodía. Y el mostrador de recepción era aún más minúsculo que el de mis apartamentos, si bien sus llaveros estaban a años luz de los nuestros, destrozados por manazas británicos varios.

Tras dejar las maletas en las habitaciones, nos fuimos encontrando con urbanitas por el camino, ya que se suponía que habíamos quedado a comer a las tres, y ya eran las cuatro: finalmente nos metimos en un autoservicio italiano que no estaba mal, aunque alguien me afeó que me comiera la pizza con cuchillo y tenedor. Tuve ocasión de conocer a Mauricio, que resultó ser muy distinto a como lo había imaginado; es curioso, pero me pareció que tenía pinta de mallorquín, se parece a muchos amigos y conocidos míos. Hablé con Germán e Irene sobre algunos de los personajes de este weblog y de cómo era posible que se comportaran en mi ausencia ese mismo finde. Cómo curiosidad, destacaré que uno de los trabajadores del local sufrió un ataque epiléptico en la cocina y hubo que llamar a una ambulancia.

Aunque se ve que no presté atención a la discusión de política y argentinos que se sucedía justo a mi lado, estaban Towsend y EmeA, que por lo visto me los olvidé todo el tiempo ayer.*

Al salir de allí, se nos fueron añadiendo frikis de todo pelaje que nos marcaban el camino al Salón del comic, que para mí era como cualquier otra feria comercial, aclarando que soy más bien cinéfila y novelera, y que yo había venido a ver a comiqueros concretos más que al acontecimento en si, así que tampoco me importaba demasiado. No vi a Hulk , tampoco es que los supercachas me motiven, pero sí vi a Lara Croft, alrededor de la cual se agolpaban todos mirándola con ojos hambrientos...desde un punto de vista femenil, eso siempre es un poco terrorífico. Sinceramente, sólo le envidié la cintura, porque esos pechos rebosantes tienen que ser un incordio, a ver dónde vas con eso, o el cirujano se había pasado o en ese top llevaba todo el bolso. En este primer paseo no me fijé demasiado en nada, cada vez me dolía más la cabeza por el cambio de altitud y estaba empezando a aburrirme, aparte que aún no había tenido la oportunidad de ver a uno de mis urbanitas favoritos.

A alguien se le ocurrió quedar con Alf e irnos a un café cercano que era tan caro como sofisticado: no sé cómo acabé por tragarme dos caipirinhas y por fin vino Sark a vernos. Estaba un poco achispada y creo que hablé de la leyenda urbana** sobre góticos asesinados de forma grotesca que mi hermano me había contado no sé si por habérselo creído él también o por reírse o qué, el caso es que acabó por ser un cachondeo recurrente durante el resto de la quedada. Lo malo es que luego teníamos que ir a cenar en nada y no sabía si iba a resistirlo, dado el estado en el que me hallaba, entre la cachaça, el ron y el dolor de cabeza.

La cena fue en Foster's Hollywood, una especie de hamburguesería de lujo en la que departí más con los urbanitas que con los Callao Warriors, ya que Sark me separaba de ellos y quedé entre parejitas; además se produjo la llamada de mi madre, por lo que me puse a hablar en mallorquín con ella y Alf dijo "No se habla en la lengua de Mordor", aunque luego preguntaron a Mauricio y dijo que no me entendía mucho, ya que en Mordor había variantes :P

Luego volvimos al hostal, y tuvimos que decidir quién dormía conmigo: al final la elección quedó entre Mr. Pleasant y el Capitán Cocoa; al final elegí a este último porque el otro se me estaba poniendo nervioso y ya que él dijo que no tenía problema y yo tampoco, pues venga. Antes de que algún malicioso ponga en marcha su perversa imaginación, he de declarar que se portó como un auténtico gentleman las tres noches, aunque hubo alguna que otra bromita tipo "Bonito pijama JO JO JO" , fuimos muy buenos en el sentido más blanco de la palabra y entre nosotros sólo hubo una mesilla de noche.

A diferencia de Mr. Pleasant, yo sí pasaré a detallar los incidentes del sábado, que nos levantamos a eso de las once y nos metimos en un Starbucks, creo que el Capitán me dijo que tendría que haber pedido un café raro, ya que me conformé con un café con leche y un donut. Estaba muy bueno, lo que me fastidió que fuera todo de plástico y que hubiese que remover con un palito. Eso te hacía sentir un poco en una hamburguesería cutre, pese a lo bonito del lugar. No sé si fue antes o después del desayuno americano que fuimos todos a una tienda de frikis a comprar muñequitos para propios y allegados, y por el camino nos cruzamos a ese actor de televisión del que nunca recuerdas el nombre y que es esencial para que un viaje a Madrid sea viaje y no una chufa.

Luego nos dividimos, me quedé con el Capitán en la FNAC y los otros tres se fueron otra vez de tiendas frikis, en busca de merchandising diverso: pasamos tiempo en la planta de dvds, puesto que él buscaba "Pesadilla antes de Navidad" , que no encontramos. Por mi parte, me desmelené y me compré cuatro, empecé cogiendo "La ley de la calle" de Coppola, que para mi el Chico de la Moto sigue reinando :P y aunque a regañadientes por lo cara que era, seguí con "La última película" de Peter Bogdanovich, que es una de mis favoritas de toda la vida, la he querido demasiado para dejarla ahí en la estantería, el "Romeo + Juliet" de Luhrmann, otra que tal, y finalmente, "Eduardo Manostijeras" que lo dije y lo mantengo, "Se compra, porque es sagrada", el Capitán es testigo de tamaño arrebato. Igual después fuimos a la sección de música y me agencié tres cedés más de los Beatles, "Rubber Soul", "With the Beatles" y "Beatles for sale", con los que creo que ya tengo toda su primera época. Podría haberme comprado también "Let it be", pero soy una caprichosa. No nos metimos en la sección de Libros porque habíamos quedado en el centro del Universo a las dos, que no a las siete.

Otra vez empezaron a llamar gente para ver con quién comíamos o si nos íbamos por nuestra cuenta a comer...al final fuimos a un chino, pero EmeA estaba demasiado ocupado para reparar en que dos de sus pupilas, disfrazadas de Muerte, que no sé si será un Eterno de estos de Gaiman, concretamente Tanita y Yo_Verde, estaban escapando con nosotros. Así que escapamos todos a una franquicia italiana distinta de la del día anterior, Gino's, en la que nos quedamos un buen rato, y aquí si recuerdo lo que comí, lasagna de champiñones, que estaba bastante bien, aunque para mi gusto era demasiado salada. Tras la comida volvimos al Expocomic y conocimos a P. y a Joshua, que se hicieron una foto con Towsend , el Capitán y conmigo, que salí como salí y lo siento. Es que los flashes me pueden. Cómo los vimos un minuto, sólo decir que me parecieron amables, fue un detalle por su parte salir a saludarnos un momento, ya que no entramos ese día.

Además por fin fui incluida en la Galería de Levantamientos de Frikis del insigne EmeA y ello provocó la espontánea pero inducida imitación de Sark -"Eh, coge a Xisca", soltaron los Callao Warriors inocentemente...- , que también pudo con los que es posible que aún 58 kilos de tonelaje de servidora a pesar de todos los rebozados ingeridos durante mi estancia. Poseo pruebas irrefutables y afotogénicas de tales hazañas, pero no quisiera comprometer caretos ajenos sin su consentimiento.*

Luego empezó el estudio antropológico*** dedicado a la busca y captura de pijas con microfalda a un flequillo pegadas y pijos con pelo power y un rosario de caramelitos a modo de collar: primero corrimos por el metro -Serandel y Mr. Pleasant consiguieron hacerse una foto con un trío de ejemplares femeninos- en pos de una tal Patricia H. que era el ejemplar de más interés para nuestros intrépidos científicos por motivos inconfesables y a continuación esperamos su aparición y la de algunos amigos nuestros, Ana, Alf y EmeA que vino a zamparse unas tortitas de nata sin la menor indulgencia: ellos bebieron cerveza y yo me tomé un par de martinis, pensando que a lo mejor me tocaba a mí algun niñato de esos, si bien generalmente paso de treceañeros que se inventan trolas del quince en un foro de internet. De hecho, no me extrañaría nada que Patricia no existiera o fuera una mezcla de varias y sus hazañas diversas :P

Finalmente cenamos no se qué americanada y volvimos al hostal; un vez más tardé demasiado en arreglarme y llegamos a eso de las dos a la zona de marcha, todos de negro: justo antes de encontrar la quedada de un foro de cine en el que estuve tiempo ha tomando colacao con Sark, que es el adicto fundamental a tan nociva sustancia, apareció Porritas, tan mullido y acogedor como antaño, y me preguntó "Comantalevu?" a lo que yo respondí "Trevian" y ya no pudimos decirnos nada más, ya que el rubio tenía prisa y en el bar me encontré con un forero de entonces al que recordaba entre mis filas en una virulenta discusión sobre "Hannibal". Hablamos un poco de los viejos tiempos y de "Expediente X", una de mis antiguas pasiones más fijadas.

Tal como declara Mr. Pleasant, nos fuimos de bares, primero a un pub irlandés que nos cerraron a las tres o a las cuatro, obligándonos a pagar entrada en un sitio llamado "No se lo digas a nadie"; yo tampoco creo que se meta una allí con la idea de sólo charlar, por eso me bebí cuatro martinis, saltándome a la torera mis propias normas. En realidad, ya llevaba seis con los que me había tomado en el VIPS, fue una suerte que pusiera la cena en medio, porque sino hubiera dicho muchas más tonterías de las que dije. Al volver al hostal, no nos fuimos a dormir enseguida, en realidad nos quedamos hablando un rato, el Capitán y yo y nos dormimos a eso de las siete de la mañana, si no eran las ocho ya.

Al día siguiente, tanto Mr. Pleasant como Serandel y el misterioso Quantum se habían largado de vuelta a Necromálaga, de modo que a mí y al otro nos dejaron medio domingo de Expocomic y lo aprovechamos muy bien, aunque tuvimos que volver a pagar la entrada, si bien no volvimos hasta por la tarde, ya que antes fuimos a comer a un Burger King con casi todo el mundo. Un miembro mítico de Dreamers , -muy maja ella, la gracia que me hizo que declarara que en Smallville Lex era mejor que Clark porque se notaba que follaba...:P*- me dijo que si yo era "Scully", que era una leyenda O_O...bueno, si ella lo dice...Radagast intentó hacerme reaccionar diciendo algo sobre mi ciudad, pero yo no me puse en plan "Salou es mío" ya que realmente es un pueblo de mala muerte con ínfulas demasiadas veces, pero si casi no tenemos franquicias :P

Si no decía nada era porque era una comida multitudinaria de frikis y yo no sabía ni por dónde empezar, no porque no tuviera nada que decir: creo que después de esto estuvimos buscando un café que no encontraríamos hasta mucho después: antes de tan afortunado hallazgo, puesto que era domingo y había muchos cafés cerrados, estuvimos en la Expocomic y pude admirarla con más calma e incluso dejarme convencer para comprar el Fables, que trata sobre los cuentos de hadas, un tema que me interesa personalmente desde siempre y de forma especial si se trata de mis personajes favoritos, como Blancanieves y El Lobo, nada menos.

Fuimos a un café con Mauricio, Alf , Ana y el Capitán, aunque esta vez si que no me gustó demasiado, mi café vienés no me pareció que estuviese bueno en absoluto, por ejemplo.

Tras ese café, acordamos ir al Kinépolis, que eran unos cines como un aeropuerto y eso sin exagerar un ápice, a ver "Hero" y además antes comimos en un chino-japonés que había por ahí dentro y antes aún tomamos un café mejor en un bar; al opinar Ana que los weblogs eran pornografía emocional yo repuse que si tenía que cambiarle el título al mío le pondría eso de Pornografía emocional, y entonces el Capitán me aconsejó que le pusiera Pornografía a secas...en fin. Que va a seguir siendo la Luna de Valencia, que es dónde me decían que estaba siempre cuando era pequeña. Sobre la película, es una ilustración perfecta de la expresión "Todos cuentan la feria según les va en ella" y hubo quiénes no se la tomaban muy en serio; cuando salimos había niebla por todas partes y a Mauricio no se le ocurre otra que decir "Estamos mil de perdidos", provocando la hilaridad general. Ya de regreso en el coche , fui testigo de lo que he dado en llamar Filosofía Basura, puesto que Gallardón, al parecer, ha plantado un panel electrónico que va pasando citas y frasecitas en cada camión de la basura, no sé muy bien con qué objeto.

Finalmente, el Capitán y yo fuimos devueltos al hostal y caímos rendidos en nuestras camas: él se fue por la mañana, y al haber pagado ya y no ser las doce aún, en un arranque travieso, me fui a desayunar sola al Starbucks -probé el café blanco con nata :P- y a comprarles un par de cosas a mis hermanos en la FNAC, pretensión que me hizo llegar tarde a mi cita con EmeA, que me ayudó a encontrar un manga para mi hermano Pepe y colaboró en que encontrara por fin Ghostworld, que me hacía ilusión leerlo. Luego nos encontramos con Efedito y con Sark y pasé mis últimas horas en Madrid con ellos, comimos unas cervezas y un martini con aceitunas. Lamentablemente me marché con el tiempo demasiado justo y me confundí con el metro, perdiendo el avión y esperando cinco horas en el aeropuerto hasta el siguiente, con turbulencias, de noche y bebiendo un café que hubiese matado al agente Cooper.

He de añadir que me sorprendió la calma con la que llevé el asunto, ni palideces súbitas ni ojos llenos de lágrimas y angustia, sencillamente un ligero fastidio y una pregunta a la azafata con acento del Este, en respuesta a su sentencia "Esste vuelo ya está serrado", "¿Y entonces qué se puede hacer?"...hasta conseguí tranquilizar a mi madre por teléfono diciéndole "Mira, mamá, ¿me pongo yo histérica?", ya que para entonces ya estaba hecho, y no había nada más que hacer excepto llamar a mi hermano, el de la leyenda urbana, y decirle que si me hacía un hueco en su piso de estudiante hasta la mañana siguiente. El piso y los compañeros eran como una continuación apócrifa de The Young Ones , la mejor cutreserie de adolescentes de la BBC y muy probablemente de la historia, pero yo también estuve en ese Vietnam y estoy curada de espantos. *

Sobre los regalos para mis Simpson particulares, decir que acerté de pleno: a Pakito el Subversivo la visión de "Estúpidos hombres blancos" de Michael Moore, le hizo levantarse dando un salto mortal y exclamar jubilosamente "!!!QUÉ GUAY ¡¡¡", Pepe el Leyendas resultó que pensaba comprarse las Pesadillas de Otomo y mi hermana la Teresova no tenía Memorias del subsuelo de Dostoievski. A Homer y Marge les traje bombones suizos con los que entrenar sus dientes nuevos, aunque me riñeron por comprarlos en el aeropuerto...algo tenía que hacer para entrenerme las cinco horas, digo yo, aparte de buscar papeleras y descubrir mostrador de información mediante que no las había en todo el aeropuerto por motivos de seguridad.*

Tampoco yo me privé de libros de la FNAC, adquirí por fin un tomo bilingüe de la poesía de Sylvia Plath y Chicos prodigiosos de Michael Chabon, ya que Las Aventuras de Kavalier y Clay me agradó sobremanera en su día. Como colofón, mi colaboradora de aventuras sabatinas me envió un mensaje en pleno VIPS avisándome de que poseía una jugosa información sobre los Falleros de Cabronia, que no sólo siguen y siguen sino que han incluido un nuevo personaje en la trama...pero eso es otro post, el del lunes quizá.*


*Añadidos realizados a fin de remediar olvidos diversos, lo escribí de un tirón y se me pasaron algunos detalles.

**La leyenda urbana: mi hermano me contó que su novia gótica y algunos amigos suyos se hallaban muy alterados porque al parecer un amigo suyo había sido asesinado por skins de una forma francamente brutal: habría sido torturado en un zulo, violado con una navaja y obligado a beber lejía, siendo descuartizado y abandonado su cadáver en un contenedor posteriormente. No sólo aseguraban haberlo encontrado ellos mismos, sino que se suponía que no debía saberlo nadie para no alarmar a la población y que la testigo gozaba de protección policial y no podía contárselo a nadie. Al regresar y relatar a mi hermano todo lo que se habían reído con esa historia mis amigos del inet, miró a otro lado y no dijo nada. Si se trataba de demostrar mi credulidad, me parece un esfuerzo superfluo por su parte, habiendo salido tan Mulder como yo ni siquiera tiene mérito hacer tal cosa :P

***El estudio antropológico: según unos foros pijos que andan por ahí perdidos, ha surgido una nueva y floreciente tribu urbana exclusiva de los Madriles y de la clase pudiente que vive en Mirasierra y educa a sus hijos en colegios de nombres raros -entre trece y quince años tienen las criaturas- que presuntamente se dedica al fornicio continuo en fiestas en la piscina -sí, sí, hasta que no lo vea...- y a acudir al VIPS para continuar la fiesta en los baños. A nuestros científicos les interesaba acercarse a los especímenes femeninos de esta nueva raza de superpijos, concretamente a la mencionada Patricia H., cuyas habilidades querían comprobar in situ: les vimos de lejos con sus pelos power y sus pintas, aunque no les oímos decir que esto o aquello fuera mil de lo que fuese o que fueran la milk. Seguiré pensando que lo suyo es mil de inventiva hasta que se demuestre lo contrario.

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