jueves, 15 de octubre de 2015
CUMPLEAÑOS TRUCADO
En mi línea de posts trampa en estas navidades electorales, este año tampoco he dicho nada en mi cumple, el año pasado cumplí cuarenta y aunque hace tres meses que cumplí cuarenta y uno, ya estoy pensando en los cuarenta y cinco como punto sin retorno. Si antes me pasaba el verano pensando en mi próxima edad, ahora resulta que pienso en los próximos cinco años y tengo miedo de que pasen ya y ni siquiera los sienta, los veo mis últimos años de una relativa juventud, de aún puedo hacer esto y aquello.
Sé que me voy a sentir igual, pero voy a empezar a perder facultades físicas y mentales, las físicas me preocupan menos, nunca he sido un prodigio en ese sentido; las mentales y la disminución de alguno de mis sentidos, especialmente vista y oído, ya mucho más. Veo que mi madre ha perdido bastante audición, ahora que tiene sesenta y nueve, y me pregunto si a mí me sucederá lo mismo, también me pregunto si llegaré a los setenta, de momento, no han llegado ninguno de los dos.
¿Serán los cuarenta actuales como los cuarenta en los ochenta o en los cincuenta? supongo que no, pero no me ayuda demasiado. No me veo, esta vez no me veo de ninguna manera, no quiero ir.
Pero vamos a ir de todos modos y eso no significa que me vaya a convertir en una cascarrabias puntualizadora de jóvenes descarriadas, es lo que más me jodería; por favor, si dentro de cinco años soy así espero que me tiréis al mar o al Manzanares, dependiendo de dónde hayamos terminado. No quiero ser una de esas, me queman la sangre.
Esto también es culpa de las elecciones, ha sido darme cuenta de que a finales de 2019 ya tendré 45 años y no verme, no verme más que nunca.
Supongo que no ha sido un año muy bueno para nadie y en especial, para demasiadas personas a las que quiero, lo he pasado mal por no poder acompañar a mis amigos como era debido en malos momentos que han tenido; hace tiempo que no les veo en persona y no soporto más estar atrapada en una vida que no me corresponde, temo de veras que esta sea toda la opción que nos quede, que seamos demasiado mayores para intentar volver a Madrid, al menos yo, desde luego. Ojalá tuviese tres años menos, cinco años menos, incluso diez, pero no sé si serviría de algo realmente, quizá sólo la última cifra, aunque entonces sería una persona algo diferente, imagino.
Por lo que respecta a mi familia, se termina, ya casi no son lo que fuimos, todos se van yendo poco a poco, ya casi sin molestar. Y los que quedemos ya no sé qué seremos, quizá apenas nada.
Me molesta que seguramente me veo más vieja porque soy una tía, y parece que es ser mayor y desaparecer socialmente sólo porque tu físico entra en declive, nunca he querido basarme mucho en mi físico por esta razón, es algo que un día desaparece, ese día está llegando y me gustaría que me importara menos, pero me causa temor, si bien es parte de un miedo generalizado a ser más frágil, más dependiente.
Lo único que veo en 2019 es todo mi pelo blanco, a este paso.
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