But the tigers come at night
With their voices soft as thunder
As they tear your hope apart
As they turn your dream to shame
With their voices soft as thunder
As they tear your hope apart
As they turn your dream to shame
Cuando empiezo
este post ya sólo te quedan un par de horas de vida. Las cosas
siguen siendo como siempre hasta esa madrugada del 21 de febrero de
2011, luego...ya no lo son, y creo que ahora aún lo son menos.
Faltas tú, y un
día faltará ella, y mi familia será aún más distinta de lo que
ya es, me acostumbro poco. Esta es la foto de mi bautizo, con todos
vestidos de negro porque unos días antes había muerto la abuela;
ya sólo quedamos vivas mi madre, mi primo el del fondo y mi
fabuladora persona. Mis padrinos fallecieron un mismo día de 1991 y
yo nací el mismo día que mi otra abuela, la que tanto se me parece;
según eso, debo morir el 23 de septiembre de 2014, unas semanas
antes de llegar a los cuarenta, como le sucedió a ella: además, ese
día es el cumpleaños de mi madre porque murió en el parto.
Te reirías mucho
al llegar este septiembre y ver cómo me debato entre salir a la
calle o no, qué será mejor, y paso el día entero inquieta por una
superstición idiota. Lo mejor sería cuando me fuera de paseo
pensando “bueno, así no se quema la casa ni nada”. Probablemente
lo haga.
Estarías contento
viendo que seguimos aquí y aún no hemos podido volver a Madrid,
pero me verías sin trabajo casi dos años, verías la situación, y
entonces te enfurecerías con todo y con todos, incluso conmigo. Si
no se cumple la profecía creo que duraré como tú o mucho menos, me
enfado igual que tú, aunque lo prefiero a pensar que no se puede
hacer nada, quiero probar a formar parte del cambio que se está
dando en el mundo e intentar que no sea para mal, me niego a hundirme
con el sistema sin rechistar.
No te gustaría
todo lo izquierdista y feminista que voy siendo, te podrías llegar a
preocupar, aunque no creo que te contara nada de mis actividades en
internet. Me temo que no eres el único, si bien me da que me
respetarías más que algunos y en el fondo estarías encantado con
esta rebelión de por vida, al final siempre me entendías.
Hubo un post que
nunca escribí en el que quise contar una visita que os hicimos
cuando aún estábamos en Madrid, pero no llegué a hacerlo jamás.
Me acuerdo de cuando Aníbal, tú y mis hermanos os fuisteis
entusiasmados a arreglar un viejo Ford usado, o lo felices que eráis
mamá y tú sólo porque estábamos allí, siempre me acuerdo de esas
vacaciones y sé que nunca volverá a haber nada igual. Todo lo que
sonreías y sonríes en ese verano. El abrazo que me diste al bajar
del autobús, hacía dos años que no me veías.
Pienso que esa
clase de alegría ya no puede ser, y cada vez será menos, pero quizá
no puede ser de otra forma, será lo que pasa en estos casos. Tampoco
es que la alegría sea lo mío, así que ya ves.
No hi ha molt més
que dir, papà. Fins l'any que ve.
2 comentarios:
Creo que nunca te he dicho que lo siento, se nota que le querías mucho.
Un abrazo.
Muchas gracias, Klandes :)
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