sábado, 16 de julio de 2005

WHEN YOU'RE STRANGE



"Imaginaba al otro lado del espejo otra casa, otra niña que era yo y no era yo. Creo que no he vuelto del otro lado del espejo. Y se paga caro."

Destacado en negrita de una entrevista de Ana María Matute en el dominical, no leída aún.


El próximo día 22 hará un mes que trabajo en este nuevo hotel: estoy en los sótanos, al lado de un túnel semejante a los de los aparcamientos, en el que se encuentran la lavandería, la oficina y el economato. Es de cuatro estrellas y los jefes son muy amables conmigo, me explican todo de buenas maneras y si tienen que decirte algo, prescinden de gritos y amenazas; eso sí, existe un manual de comportamiento que ni la Cienciología y son muy estrictos y controladores: tanto es así que debo llevar una tarjetita metida en un plástico con mi nombre y que también me sirve para fichar, además de que por ejemplo, no puedes comer nada del hotel si tienes la jornada partida,-de nueve a una y de cuatro a ocho, me han dejado sin vida, prácticamente- como es mi caso.

He procurado ser amable, aunque me cuesta, veo mala intención en gestos y palabras inocentes, los analizo continuamente... supongo que no se puede salir indemne de un acoso tan continuado como el que sufrí en mi anterior empresa el pasado verano. De veras que lo he intentado, pero ha surgido un problema con alguien, con una de esas tías a las que no les caigo bien, porque es que siempre son la misma: suele tratarse de alguien que piensa que soy rara y que debería estar apartada de los demás, supongo que se trata de gente que cuando no entiende algo procura atacarlo de algún modo.

Resulta que todos los días, al acabar mi jornada, debo pasar por la cocina, para subir las escaleras hasta el comedor y así atravesarlo y llegar a recepción; resulta que en esa cocina come ella, que ni sé todavía cómo se llama ni sé todavía qué hace exactamente, aunque sospecho que es la camarera de guardia, que es uno de los peores trabajos que se pueden tener en un hotel. Desde el primer día me puso cara de perro, no sé porqué, ni idea, y aunque al principio le decía hola como a todos los demás, un día que pasé por la cocina y estaba muy cansada, pues dije "Hola" como había hecho siempre, y cuando subía las escaleras oí que alguien decía "Es rara, rara, rara...", y me sentó fatal. Me di cuenta de que realmente me estaba poniendo mala cara a mí, que no eran imaginaciones mías, así que decidí dejar de saludarla, puesto que no podía volver atrás en aquel momento, que perdía el bus, y eso sí que no.

He soportado esto unos días, no sé cuantos, alguna vez ni lo habré oído, pero hoy la he oído decir "Rara, rara, rara" y no me lo he pensado, me he acercado a la mesa y he dicho: "¿Deciáis algo? porque ya está bien, os escucho perfectamente decís eso de "rara, rara, rara" y es ridículo, yo desde luego prefiero ser rara, que reírme de los demás a sus espaldas", y después de eso he seguido mi camino, no demasiado aliviada, la verdad. Para que luego digan que se siente uno mejor.

Quizá he gritado un poco y el técnico me decía que yo no te he dicho nada, que a mí no me grites, vamos el clásico que se siente aludido cuando no tiene nada que ver, cuando todo el tiempo la estaba mirando a ella, que sabe muy bien quién es. Por algo los otros cuatro o cinco, entre los que había una de las alemanas de recepción que se ha cuidado muy mucho de decir nada en mi favor, y en la que a partir de ahora voy a confiar más bien poco, a menos que se explique, no han dicho nada de nada.

Y todo esto, todo esto, porque una gilipollas me ha cogido manía porque sí y que en vez de intentar decir algo, sólo me ha mirado furiosa todo el tiempo y ha dicho "Hola" muy alto cuando ha venido una.

No sé qué pensar ahora, ni qué hacer, ni si en realidad he empeorado la situación; he intentado resolver este principio de mobbing yo sola, pero no descarto que todos se pongan de su parte y empiecen a llamarme rara hasta que un día me ponga a llorar por ahí en medio para gran satisfacción de la limpiadora neandertal esta, o que esto llegue a los jefes y me descarten por conflictiva y problemática.

También me estoy pensando explicar esto mañana por la mañana, dar mi versión antes que nadie. No es que me guste mucho este puesto, -alquilo toallas, paso pasaportes y vendo saunas y baños turcos, sencillo, tranquilo, me dejan en paz- pero en el currículum queda muy bien un hotel como este y necesito el dinero, cómo no.

Supongo que ya no puedo permitir que me traten así y voy me juego el curro, incluso.

Odio a esta gente cutre que no se interesa por nada, a los borregos que se ríen con el lobo por miedo, a los que se conforman con esta vida de mierda que tenemos aquí, si por lo que fuese tuviese que quedarme aquí para siempre, prefiero morir, espero morir, volver al otro lado del espejo.



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