martes, 24 de marzo de 2015

CONTRA EL MARÍAS ARTICULISTA, UNA RESPUESTA.


El artículo de marras.

*Mi respuesta en un grupo de fans de Marías en el que se dedicaban a defender eso como algo literario, que no insulta a nadie y que provoca con brillantez. Esta ha sido mi respuesta, aunque en un principio fuese "Para estos temas, prefiero a Gregorio Morán, gracias." 

Pues a mí, una vez más, me parece nefasto, pero ya no es novedad: detesto al Marías articulista desde hace ya unos años, me parece el típico progre que de eso ya sólo le queda cierta pose que debe mantener -un poco como El País mismo- y en todo lo demás es tan conservador como lo pueda ser su amigo Reverte, que Javier siempre escribirá mejores novelas, pero ya. Cuando no va de abuelo cascarrabias quejándose de las pequeñeces que le asolan en uno de sus lujosos pisos en el centro de Madrid, se dedica a decir que mejor no desenterrar a Lorca, que si es abrir heridas y faltar al respeto; me pregunto qué pensará de desenterrar a Cervantes. Y así todo, ahora que si los de Podemos idiotas en base al podemita de paja que se ha montado en ese artículo, nada menos...si supiera que en esas redes sociales que tanto ha denostado en su tan equivocada tecnofobia se están riendo de él desde hace tiempo, eso cuando no pasan millas de lo que diga.

Al menos no habla de Venezuela, algo es algo, igual me lo he perdido. Qué lejos queda ya aquel artículo contra la Iglesia que hizo que le echaran de El Semanal.

La excusa del adanismo me parece muy torpe, precisamente no pueden haber tenido más en cuenta movimientos anteriores, que los han reciclado y padecen de una dolorosa indefinición desde una postura clara de izquierdas, pues sí, pero no es eso lo que preocupa al adanista soberbio de Marías, por esa regla de tres su artículo ni debería escribirse. Lo de citar el himno casualmente nazi de Cabaret ole ahí también, otro que teme que Podemos acabe en Falangismo sólo por querer renombrar el eje derecha/izquierda como arriba/abajo, que tras el advenimiento de Ciudadanos está más claro que nunca que de derechas no son, por mucho que pretendan quedarse con el voto del típico socialdemócrata que oscila entre PP y PSOE, ahora que el PSOE ya no tiene nada de socialista.

Tampoco me vale que sólo puedan usar el dichoso adanismo él y además sus amigos de la Cultura de la Transición, ellos no son idiotas por eso, vaya qué bien, qué conveniente. Luego que si no hemos vivido una dictadura, que una guerra os daba yo, sólo le ha faltado amenazar con el bastón. Bueno, él tampoco; su padre no fue enterrado en una cuneta y nadie ha prohibido sus novelas ni ha estado preso, es más siempre ha sido un gran fan del consenso, del olvidar las ofensas y delitos igualando peligrosamente la posición de vencedores y vencidos. Justo ese es uno de los principales problemas de cerrar en falso, y por eso ni las oportunidades han sido las mismas para todos, ni los derechos y libertades dejan de estar limitados, aunque de un modo más sutil, más socioeconómico; lo del ejército despolitizado, menos de lo que parece, los jueces no títeres, unos sí, otros no, no está tan claro tampoco. El matrimonio gay lo puso ZP, ahí nada tienen que ver; en cuanto al pleno uso de otras lenguas del Estado, vaya, ahora resulta que le vienen bien y no le molestan tanto como a Muñoz Molina, su ultraespañolista amigo Reverte y otros imprescindibles actores de esa Transición un poquito centralistas de más.

Tras enumerar esos logros que tan mal les parecen a los votantes y simpatizantes de Podemos según Marías y su visión del Maligno, sigue sin abordar el verdadero problema, el que no se pidiesen responsabilidades a nadie, y por eso la gente aún anda buscando a su abuelo por las cunetas, por ejemplo. O que muchos deben su fortuna personal a que a su familia le fuera permitido medrar durante la Dictadura, y no veo porqué si una Constitución se queda obsoleta no debería de poder enmendarse. También mola eso de atribuir a todos lo que haya dicho uno, y vete a saber qué uno, y desde qué posición política, que no puede haber gente más diversa dentro de una propuesta que se ha querido tan inclusiva como esto. Y no podía faltar la comparación con sucesos de hace siglos que esos sí que no tienen mucho que ver con la situación actual, mucho más nos afecta lo surgido de ese pacto en el que tantos siguieron perdiendo.

Por supuesto que habla de política, y por supuesto que insulta llamando idiotas y nazis a varias generaciones el colega, no pretendáis que tiene tanta razón como os gustaría, o que este pataleo servil para contentar a Cebrián es de lo mejor que ha escrito, porque no cuela. Ni literatura ni mucho menos brillantez, exabrupto en barra de bar más contenido de lo habitual y poco más.


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