martes, 3 de febrero de 2004

TODOS AL CLUB SILENCIO


*ATENCIÓN: EL QUE NO HAYA VISTO "MULHOLLAND DRIVE" ES MEJOR QUE NO SE LEA ESTE POST.

**Debido a lo desordenado y apasionante de mis últimas experiencias vitales, he abandonado algo mis aficiones de siempre, que espero ir retomando de forma gradual, al irme acostumbrando a esta vida tan nueva. Es por eso que además de seguir con el reciclaje, quisiera dejar una muestra de lo que han llegado a significar ciertas ficciones para mí, especialmente cuando se trata de David Lynch.


MULHOLLAND DRIVE, INTERPRETACIÓN Nº TROPOCIENTOS

Teniendo en cuenta que sólo la habré visto una vez- el cine más próximo se encuentra en la capital de la isla, a 50 km y es bastante la pasta que hay que soltar- y que tuve que resumirla en cuatro servilletas*** para aclarar que había sido de esas dos, ahí va mi versión o mi percepción de esta arrebatadora historia:


***Las pruebas de la frikada, celosamente guardadas en un cajón desde entonces...

Para empezar, yo veo dos partes bien diferenciadas: lo que parece ser el sueño de Diane Selwyn y la realidad en la que vive, mucho más dura en cuánto a casi todo. Muchos decís que ya está muerta cuando ocurre la primera parte de la película, pero los ancianos risueños salen de la caja azul y la atacan cuando ese sueño ya ha terminado, ella muere en ese momento. En cuánto al cadáver que aparece en casa de Diane, lo veo más como un deseo de muerte, de que ella ya se siente muerta tras el abandono de Camilla, que no que ya lo esté. Tiene cosas de "Carretera Perdida", pero no es esa película y por tanto, no va a tener las mismas reglas, no tiene porqué ser una fuga psicogénica, yo lo veo mucho más simple, y que estuviese destinado en principio a un público más amplio me refuerza esa visión.

En el sueño de Diane ella se ha cambiado el nombre por el de la camarera, se llama Betty y es mucho más dulce e inocente, no está desesperada y frustrada como le ocurre en la realidad, y lo mismo ocurre con el resto de personajes, todos son mejores de lo que son en verdad, Adam incluido: en el sueño es engañado y burlado, por cierto, quizá le ocurre lo que a ella le gustaría que le pasara, por robarle la novia. Pero ya se sabe que cuando dormimos las cosas no tienen la misma lógica y todo viene a ser posible, de ahí que no tenga nada de extraño que ocurran cosas sin sentido aparente, que las constantes de Lynch en cuánto a colores y simbología, buscan crear una sensación que va de la fascinación a esa irritación que hace creer a algunas personas un tanto resabiadas y quisquillosas que David pretende tomarles el pelo, y que si consiguen demostrar que así es, desmenuzando las cosas hasta ese punto en el que todo sentido se desvanece, quedarán como los más listos, que no ha conseguido engañarnos como seguro pretendía esa granuja, que no tiene nada mejor que hacer que fastidiar a ese público lleno de idiotas e imbéciles, que no ven lo que pasa en realidad, que son tontos los pobres y necesitan que nosotros los iluminemos...la verdad es que no sé quiénes son peores, la gente que se ríe de la película porque no la entiende o los metidos a crítico aficionado que no tienen ningún respeto por el que al fin y al cabo es el creador, y hasta le atribuyen absurdas pretensiones en las que él ni habrá pensado...aunque eso sí: en demasiadas entrevistas ha manifestado su deseo expreso de que saquemos nuestras propias conclusiones, no sé si esa suposición contaría con la mezquindad y el egocentrismo de algunos. Menos mal que yo me he divertido y me he emocionado con lo que es sobre todo una misteriosa fuente de belleza y deleite, sin importarme demasiado sus orígenes televisivos, no soy una purista ni de Lynch ni del cine.

Siguiendo con lo que era la interpretación, en su onírica búsqueda de una nueva Diane - he llegado a creer que esta es su intención última- no sólo la busca en su propia casa sino que hasta intenta transformar a una cambiante y desorientada Camilla en ella misma imponiéndole su color de pelo. Una vez más, el juego de Judy/Madeleine aunque en esta particular versión no haya James Stewart que valga, porque el tal Adam Kesher no es más que un monigote en manos de la cruel y manipuladora Camilla, a merced de Diane en su imaginación, exactamente al contrario que en la vida real, en la que depende de ella hasta límites peligrosos, debido a la obsesión que tiene con ella. Creo que su relación sexual es algo que viene dado por la extrema dominación que ejerce una sobre la otra, muy probablemente ninguna de las dos es lesbiana, es algo mucho peor y desde luego no tiene nada que ver con el amor o la amistad, al menos por la parte morena. Para Camilla, Diane no es más que un objeto, una de sus muñecas que ha dejado de gustarle. En la fiesta se expone la cruda verdad en toda su dimensión, incluso ante la propia Diane que tiene que ver como Camilla le "presenta" a su nueva amante, cosa que hace que se marche a su casa a morir, porqué no ve otra salida. Yo pienso que esos ancianitos que no paran de reírse son sus padres, no quiere que ellos sepan del modo en el que ha vivido, de la forma en la que ha fracasado.

Luego tenemos el sueño dentro del sueño, esa visita ya habitual en las películas de Lynch a un lugar fuera de la realidad, esta vez llamado "Club Silencio", en el que alguien canta una canción triste: nada menos que "Crying" en español por Rebeca del Río, absolutamente estremecedora y encima sin música. Es muy posible que nada de lo que ocurre aquí signifique algo, y sólo sea un vehículo para expresar la tristeza que embarga a la protagonista porque Camilla ya no la quiere, incluso la canción hace referencia a ello. Qúizá todos esos lugares representen siempre el inconsciente, los sentimientos más profundos y verdaderos. Sin embargo, al final de la actuación resulta que Diane tiene una caja en su bolso, una caja que sólo puede abrirse con la llave que tiene Camilla: que cuando ésta la abre desaparezca en su interior, quizá confirma que esa Camilla inventada y soñada no tenía nada que ver con la verdadera, que es una arpía inmisericorde carente de debilidades o sentimientos, muy distinta de la desamparada y falsa sombra proyectada en la perturbada mente de Diane.

Esa caja estaba en poder de la mendiga chamuscada, en lo que ya es la realidad, es evidente que parece simbolizar sobre todo la mente de Diane, llena de culpa y obsesión, de ahí salen sus miedos más profundos, que la gente que más la quiere en el mundo llegue a saber como es realmente, quizá piensa que no la perdonarían: por eso sus padres se convierten en una especie de duendes burlones que la atacan riéndose a carcajadas, independientemente de lo gracioso que pueda ser eso visto desde fuera por público al que le cuesta iniciar cualquier proceso de razonamiento sobre algo que para ellos sólo es entretenimiento, de ahí las risitas continuas de ese tipo de personas, que no es que no puedan, es que no quieren y además les da igual. Probablemente esos si se olviden de "Mulholland Drive" cuánto antes, como olvidan casi todo lo que van a ver el fin de semana, quizá tengan suerte y un día de estos se den cuenta de que la vida es algo más que el cachondeo y las marchas.

En cuánto al papel de esa misma mendiga en el sueño, que empieza con dos hombres, uno moreno y uno rubio-el moreno le pide al rubio protección ante las actividades ignoradas de alguien escondido en la parte trasera del bar de sus pesadillas recurrentes, cuya conclusión se precipitará fatalmente al provocarle la muerte la visión de lo que tanto teme- quizá intenta informarnos de lo que esa mendiga representa que podría oscilar entre la Muerte, una conciencia sucia o sencillamente la Realidad pura y dura: yo me inclino por lo segundo, pues va tiznada de negro y posee la caja azul, que es seguramente la mente de Diane.

Respecto a lo que pintan los dos hombres allí, puede que sean un disfraz más de las dos protagonistas, un reflejo masculino de su relación; el porqué de convertirlas en tíos ya habría que buscarlo en la mente de Diane, y no estamos en disposición más que de suponerlo, cosa que suele ocurrir en los sueños, sucesos y situaciones que se resisten a la lógica. Quizá habría que soñar las películas de Lynch para captarlas en toda su magnitud. Quizá sólo lo sepa The Cowboy.


LYNCH: UNA VEZ MÁS, XISCAFORCE AL RESCATE

Por último, y sin fijarme en minucias con vistas a sacarle los higadillos al pobre Lynch y sus fans sólo porque no llegaron a rodar la serie prometida, creo que su reconversión de un piloto en una obra de arte es ejemplar y más que buena, no será pura y del todo honesta, habrá sido producto de circunstancias imprevistas ajenas al proyecto, pero a fe mía que Lynch ha resuelto la papeleta admirablemente, y el resultado no es irritante ni fastidioso excepto para el que se lo invente, que ya son ganas, y si encima se considera fan, quizá debería empezar a pensarse si Lynch le gusta realmente o si tiene una extraña relación masoquista con su obra y derivados.

A los que pensáis que este año Lynch no está a la altura de otros, sólo porqué su película proviene de la TV- en cuánto a que se hiciese algo así con EX, a mí me parecería muy interesante pero de esa a Carter lo destierran- y porqué sencillamente no os ha gustado: insisto en que la fotografía está tan bien como siempre- de hecho, Peter Deming es un profesional, y basta con mirar los colores, creo que se distingue a simple vista que no se trata de una fotografía basta y plana, sin personalidad- y los diálogos son perfectamente inteligibles, tratándose de una fantasía extrema que puede ser un sueño o puede no serlo, según interpretaciones, aparte del sentido simbólico o sencillamente poético; a veces pienso que las constantes de Lynch en cuánto a lo que es texto en sus películas no anda muy lejos de los simbolistas franceses, que creían en "la magia profunda de las palabras", es decir, en la impresión que producían ordenadas de cierta manera, por su forma y no por su significado, algo patente en cuánto se lee por ejemplo "Las vocales", de Rimbaud. O por ejemplo, algunas de las letras escritas por Lynch para Julee Cruise...

De todas formas, imaginad que yo le tuviese en cuenta a Ron Howard que en realidad ha mentido sobre como era John Nash, a Altman que ha aprovechado la historia una vez más para entretejer su acostumbrada red de relaciones- y en eso queda muy próximo a Lynch, ninguno de los dos se sale de su estilo habitual, a ver si al final no se lo van a dar a Robert por eso precisamente- y a Peter Jackson que su historia no es más que una adaptación literaria...pues eso es lo que estáis haciendo vosotros con David. Tenerle en cuenta de dónde ha sacado su historia...he tratado de aprovechar eso mismo para favorecerle, sabiendo que los detractores habituales de los autores diversos y sus extrañas historias lo usarían exactamente en sentido contrario. De todas formas no os preocupéis, que ya habéis ganado, yo y el resto de más o menos lynchianos a los que nos gustaría que se le reconociera su arte nos tendremos que encomendar al factor sorpresa o a los oscars honoríficos del 2024 o más allá...de todas formas, los premios sólo son buenos cuando te los dan a ti o a tu equipo, me atrevería a añadir.

Yo sólo digo que "Mulholland Drive" no es "Carretera Perdida", tienen temas comunes pero el problema es otro: Fred se vuelve loco y Diane sueña, esa es mi visión del asunto. Si he dicho que me parecía más simple es porque que al final de la película todo resulte ser un sueño es menos complicado que que no sepas cuál era el personaje que existía de verdad o cosas peores...la tendré que ver otra vez un día de estos, la carretera.


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