viernes, 29 de agosto de 2003

LOLITA, MALDITA...


Siempre puede uno contar con un asesino para una prosa fantástica.

Vladimir Nabokov, "Lolita".


A diferencia de otros bloggers que ven un verano desperdiciado a sus espaldas, me encuentro casi al final del punto álgido de la temporada y pronto se calmarán las cosas, con lo cual en vez de releer "Lolita" en cuatro días, me podré dedicar a desentrañar "From Hell", por ejemplo, si bien deberé dedicar la mayor parte de las horas muertas a los manuales de conducción, porque me están estresandooo...

Después de un par de años de no tocarla, he vuelto a revisar la más célebre y controvertida novela de Nabokov...soy consciente de que algunos pueden prejuzgar ese libro y malinterpretar mis motivos para leerlo, como efectivamente ha ocurrido esta tarde. Los camareros se han reído y han festejado que estuviera leyendo literatura rosa, por no hablar de las insinuaciones que han hecho sobre sus efectos en mí...influida por la malicia de Dolores Haze, les he respondido que era mi libro favorito, lo cual es sólo una punta del iceberg.

Habrá quién considere imprudentes tanto esa respuesta como el hecho de leer precisamente esta novela delante de unos tipos que parecen más gamberros de instituto que otra cosa...aparte de que a veces me salga cierto espíritu provocador y juguetón confabulado con mi doble cabezonería heredada de ambos progenitores, creo que tengo derecho a leer lo que me dé la gana. A ver si la próxima semana me voy a traer "Ada o el ardor", que ese sí que es literalmente rosa todo él...:P


He hecho un vano intento de explicar que no era pornografía...pero en fin, si no lo leen es imposible que comprendan a qué me refiero: por supuesto que el libro está impregnado de una sensualidad intensa, pero esa es sólo una de sus facetas. Me pregunto si alguna vez llegaré a verlas todas...otra vez he tenido la sensación de que algo se me escapaba, y ya estoy a punto de alcanzar a Humbert en su encuentro con Clare Quilty, que ya para siempre tendrá la cara de un magnífico Peter Sellers , tanto en mi mente como en la maravillosa adaptación que realizó Kubrick con la complicidad del autor. La de Adrian Lyne no pienso verla jamás, no le perdono que se cargue el momento en el que H.H. ve a Lolita y que Stanley supo entender y trasladar a la pantalla de forma ejemplar. La misma magia en diferente formato.

Mi fascinación por este libro sigue intacta, aunque he observado con ligero disgusto que ahora juzgo más duramente al profesor y pienso más en la pobre chica, que al fin y al cabo esto de las nínfulas suena a delirio puro y duro, aunque ahora las lolitas de toda índole sean mayoría*, entendiendo eso por chicas que saben más de lo que podría pensarse si sólo nos fijamos en su edad cronológica. Por un lado te asquea y por otro te apena, eso sigue igual, pero ahora me asquea más...también es que debido a una muy mala experiencia con alguien que compartía mi pasión por Nabokov, mi concepción personal de este autor ha resultado dañada, por ir asociada a malos recuerdos. Y Vladimir no se merece esto, pero me temo que así es.

En realidad lo que me interesa más de la novela es el elemento obsesivo que la mueve, la fijación por los detalles, la belleza de las metáforas y lo admirablemente escrita que está, que siempre parece haber niveles escondidos a los que nunca llegarás. Para mí es la biblia de la obsesión, siempre ha sido una especie de lo que llaman un libro de cabecera.

Hay muchas escenas que forman parte de mi propia memoria, como el relato de la infancia del execrable protagonista en el Hotel Mirana de su infancia en Europa, esa primera visión de Lolita ya mencionada, cuando ella saca unos vestidos que le han comprado de una maleta etc...es la novela de mi vida. Escribir como este hombre es una más de mis quimeras románticas sin sentido, quizá la más irrealizable de todas ellas.

A los quince años leí una sublime e irrepetible traducción al catalán de esta novela, uno de los primeros desiderata que hice en la biblioteca de mi pueblo, era de Clàssics Moderns , la portada era una foto de una jovencísima Marilyn sonriente con una cinta verde dibujada en el pelo y un día la encontraré. No me basta con la lujosa edición de la Biblioteca de Plata que poseo, con prólogo de Mario Vargas Llosa y una excelente traducción, que sólo me decepciona en algunas frases. Hace poco estuve mirando traducciones nuevas en una librería, y creo que lo mejor sería encontrar por fin su versión original. Si pude con "Alice in Wonderland" y "Through the looking glass", podré con esto.

En la vida real, la temperatura supera la de esta ficción concreta y todo: la peña está desbocada. Si ayer un ex-compañero de instituto devenido en pitufo local se pasó un poco con las bromas en una revisión de seguridad de rutina, hoy mi camarero favorito del restaurante no ha parado de jugar a no dejarme pasar sólo para que yo tuviera que apartarle...y luego me llaman las compañeras del hotel sólo para decirme que un tío bueno que habla español ha venido a cenar solito al restaurante. Miro por la ventana y veo a un inglesito de lo más corriente, vale sí, un poco cachas, pero tópicamente insípido.

No es que yo esté mucho más tranquila en ese aspecto, dado el torcido rumbo que han tomado mis peripecias sabatinas, pero caray...y mira que ellos están casados, ennoviados y/o arrejuntados. Me parece que no sólo los cuerpos acusan esta canícula eterna e infernal...:P

*Aprovecho para declarar que me leo tanto los blogs enlazados y alguno más, así como todos los mensajes de dónde ya saben los logios. Pero me falta tiempo y encima estoy vaga y lentorra por el calor este, por eso los posts me salen erráticos y desganados y ni siquiera me molesto en comentar o responder. Ustedes perdonen.

**Muchas gracias Adriwan, por la inspiración prestada.



***18 de abril de 2015. 

No sé ni por dónde empezar, no bastará con que escriba una nota aquí. Primero de todo, no hay una mayoría de lolitas en ninguna época, no puede haberla porque no existen, es sólo la excusa de Humbert Humbert para obsesionarse con ciertas niñas, idealizarlas y fantasear con que son criaturas maliciosas que se le insinuan de algún modo. Aquí seguía sin saber lo del unreliable narrator, es decir, que no te puedes creer todo lo que te cuenta Humbert; además, primaba la forma sobre el fondo, quizá un poco para no verlo bien del todo, siempre me resultó inquietante, y diría que al pasar los años, más aún; a los quince me pregunté si era una Lolita y todo, me pareció que no, creía el arquetipo de Lolita más inofensivo, hasta ese punto está normalizado el sexualizar a niñas. 

Como post literario no vale nada, por supuesto; habría muchos más aspectos a considerar, ahora que la he releído de forma más analítica, he acabado teniendo muchos problemas con Nabokov en lo sociopolítico, en ese fondo que él niega tener, del que sólo admite ciertos reflejos. Se puede poner como le de la gana, porque es bastante más cenagoso de lo que le gustaría. Y en eso estoy, intentando averiguar qué clase de post se merece Lolita, qué se merece Vladimir, si sigue siendo digno de mi admiración, aunque con muchas reservas y limitándolo a lo estrictamente formal. 

También pienso en que sigue siendo bellísimo en partes, aunque creo que prefiero Habla, Memoria o Ada or Ardor, sus temas me resultan más livianos aunque haya bien de abuso al inferior, siendo la familia de Nabokov aristócrata y él profundamente anticomunista y elitista a más no poder. Probablemente sería más fácil para mí que esa escena en la que Humbert recupera a su Lolita perdida no fuese sobre Lolitas, que fuese una historia de amor entre iguales, esa que se empeñan en ver algunos incluso más que el propio Humbert. 

Mi fascinación se ha convertido en preocupación, en gran inquietud al ver esto, al sentir que esta novela y el icono de la Lolita malvada que contribuyó a reforzar y difundir de manera global y absoluta han dañado a muchas personas y han excusado comportamientos, no puedo evitar entender a las que se sienten asqueadas y no pueden seguir leyendo. Quizá no sea tan así y han ayudado mucho las estructuras patriarcapitalistas a esto, más que la sola novela, pero hay que señalarlo, y no dudo que esto mengue el prestigio de Nabokov en el futuro; cada vez necesitará más notas al pie para aclarar suficientemente que no quiso ponerse de parte de Humbert en ningún momento, para explicar que proviene de un mundo en el que los abusos no tenían importancia, que eran algo que pasaba y punto. Ahí quieren que sigamos, en cierto modo, y no creo que debamos. 

Quizá igual que ya no puede existir un escritor en este plan, tampoco exista ya su lector ideal al que se dirigía, o empiece a no poder ser.  Ya no deseo escribir como Nabokov, no podría y a lo mejor no querría, si un día escribiese, sería yo, no sería otros, mis temas no serían sus temas, quizá me quedara con algunas formas, con sus reflexiones sobre la memoria y el tiempo, con su concepto de la nostalgia. 

Y aún así, esta nota me parece ya insuficiente. Hará falta mucho más. 

En lo personal, me pregunto porqué tanta fascinación por algo así. Pero tampoco veo bien forzarse a rechazar todo lo problemático a priori, no podría decir "es mala gente/escribe mal", no sería verdad.  Menos aún siendo todo problemático en diversos grados, me parece necesario señalar y analizar, pero sólo me alejo de algo si me sale; es verdad que ahora me deja más fría, no sólo por su machismo y clasismo sino también por lo ridículo de su anticomunismo, aunque eso es más en sus relatos de juventud.

Leí a un tipo que dijo que si ya habías leído Lolita, Habla, Memoria y Ada or Ardor el resto de  sus novelas y cuentos eran sólo caminos hasta ellas, por tanto,  podías prescindir a menos que te interesara mucho. Y me sigue interesando, por ejemplo, quisiera saber si Nabokov quiso ponerse de parte de Humbert o si sencillamente esperó demasiado de los lectores y se pasó de sutil. 

De volver a  titular un post Lolita, Maldita ya no sería referencia a aquella casposada torpe de Gurruchaga más basada en el icono creado por los medios que no en la novela, tendría un sentido muy distinto, de verdaderamente maldecir todo lo que se ha creado a su alrededor. Y quizá la idea misma de plantear este tema desde una perspectiva tan frívola, tan distanciada y sin tener en cuenta a la niña para nada. 

Ya veremos. 


No hay comentarios: