domingo, 17 de mayo de 2009

CARTA A LA MUCHACHADA



Queridos señores de Muchachada Nui, Reyes, Sevilla, Cimas, López, Areces y resto de colaboradores esporádicos y habituales:

En esta su tercera temporada, aparte de las risas acostumbradas y la admiración que les vengo profesando desde que Marcial era gañán y el Sr.Cabeza tenía sueños inquietantísimos que le contaba al Dr.Alce, no he podido dejar de observar que algunos de los blancos elegidos para la realización de sus personalísimas bromas y otros chistes difíciles coinciden de forma tan peculiar como precisa con algunas de mis más encontradas pasiones; paso a enumerarlas y además trataré de explicarme toda esta sospecha infundada sobre bien un mensaje subliminal dirigido a servidora por haber calificado de ajamonado al Sr.Sevilla en este post, habiéndose metido él a su vez con mi hermanito otaku en un Cuatrosfera de hace años, bien una simple coincidencia debido a que venimos a ser todos de la misma generación y una vez más me la juega ese egocentrismo inverso conspiranoico que me asalta en ocasiones, y en el que todo el mundo me odia y me persiguen por toda clase de causas para meterme en el correspondiente campo de concentración, si es que antes no logro escapar y acabo de maquis en la montaña, desencantada y melancólica en una vieja residencia de ancianos derruida.

Debido a todo el cachondeo habido con ese sparring viviente de la música española que es Enrique Bunbury por no haber citado al autor de un par de versos sueltos que incluyó en una de las canciones de su último disco, a saber si por simple descuido o por mal asesoramiento legal, entiendo que no pudieron resistir la tentación de hacerle protagonista de uno de sus Celebrities, y por tanto, endosarle la presentación del programa siguiente, uno de los mejores de la temporada, aunque sigo preguntándome el porqué no salió Calamaro, en vez de Rosendo. Supongo que se lo guardan para otro Celebrities o les parecía ser demasiado previsibles.
Aunque este asunto me tiene algo quemada todavía, -me cansa mucho que en este país importe tanto caer bien y tan poco hacer bien tu trabajo, tanto si eres famoso como si no-, les agradezco que fueran más suaves de lo que podía esperarse, tras las decenas de posts y comentarios de los típicos antifanes del Bunbury, que ya estaban pensando en venir a pegarme a mi piso interior alquilado, -por si esa terrible circunstancia no fuera suficiente-, e intentando cuestionar toda su carrera más por ser él que porque les importe de verdad que se plagie, que se les ven mucho las ganas que le tienen, llega a ser otro y es homenaje y es intertextualidad y tributo al poeta fijo. Y lo de que dijera "Atrancadaaaaaaaa!!" cuando no se le abre la puerta del baño y se lo llevan al juicio de rockeros en el parque fue muy gracioso. Eso sí, son muy puristas; a mí el disco "de tangos", que me imagino que es "Pequeño", me encanta y sigue siendo mi favorito entre los del Sr.Ortiz de Landázuri, a que van a ser fans de Héroes...cosa que yo no soy, por ejemplo, aunque les tengo un respeto. El concurso de seducir a la reportera de la Super Pop que le gana el Urrutia muy divertido también.

En este punto, he de decir que me pareció algo oportunista para venir de unos humoristas tan imprevisibles, aparte de estar un poquito harta del tema; me pareció un poco raro que se lo pusieran tan fácil y empezó a preocuparme que se recurriera en demasía a unos ochenta que quizá empiezan a irritar a todo el que no se pasó la infancia viendo "Los Goonies" y comiendo bocadillos de nocilla, e incluso a los que sí estuvieron haciendo todo eso y más. Hasta ahí todo normal.

Pero luego vino el maravilloso programa de si en Twin Peaks fueran ciclistas presentado por Indurain, con los sobaos pasiegos sobre la mesa colocados exactamente como si fueran aquellos míticos donuts de la Double R -es que ese detalle hasta emociona, de lo evidentemente twinpeaker que es, una belleza-, otro de los hits de su trayectoria surrealista, que no hay palabras para describir tanta genialidad, a la altura de "Si los impresionistas hubieran sido dentistas" de Woody Allen, en su desternillante "Como acabar de una vez por todas con la cultura" de "Cuentos sin plumas". Para mí el mejor, una parodia-homenaje para recordar, este un gran acierto, directo al corazón.

Aquí, entre asombrada e intrigada, andaba ya haciendo chistes sobre si iban a hacer un Celebrities de Chris Carter, y casi lo adivino.

En el programa presentado por Pitita Ridruejo, ésta aparece acompañada nada más y nada menos que de mi queridísimo agente Mulder; aprovecho para señalar que como gran conocedora de este personaje, creo que hubiera quedado mejor Raúl Cimas en el lugar de Julián López. Mi Duchovny es más grande y más alto que Claudio o Vicentín, esto dicho desde el respeto y el cariño, que el sr.López es un gran comediante y me parto con sus interpretaciones. En descargo de esta aparente sincronicidad, término usado para casar más con lo parodiado en este capítulo, hay que destacar que no parecen saber ustedes mucho de "Expediente X", ya que lo único que hace este Fox con el tupé a la virulé es sufrir los sablazos de Pitita en un trasunto evidente de Bélmez o similar, algo que podría haber hecho Iker Jiménez o Jiménez del Oso, que son más del ámbito esotérico español o el mismísimo Rod Serling, si se quería un contraste entre ficción y realidad, como parecía ser su intención.

Pensé que se había terminado, al ver el resto de programas en los que salían Bud Spencer o Georgie Dann, pero entonces llegamos al último de esta temporada, presentado por Pérez-Reverte acompañado de un Javier Marías en insólito mode Rambo en la aventura de sus vidas, asediados por la policía y pudiendo usar sus acariciados AK-47, entre llamadas del Rey y Juan José Millás, una pasada y una risión se mire por donde se mire; que vale, que le pongan de sidekick tiene su lógica, pero es que es igualmente Javier Marías, y sobre eso, también había hecho algún que otro chiste. A lo mejor no es para preocuparse, pero ya he dicho muchas veces que deberíamos quedar y tomar un café; el otro día, para más inri, nos cruzamos con Ignatius Farray y tuve que sujetar a mi señor novio para que no corriese Preciados arriba a susurrarle zalamerías o a postrarse ante él. A mí es que este tío me da un poco de miedo, casi que me creo mucho su personaje, si es que lo es.

Una última cosa: para mí lo mejor de esta temporada ha sido el mencionado Twin Peaks en el parador nacional cambiando al FBI por ciclistas y la nueva aparición del dramaturgo frustrado Philip Max, con su belén choni. Eso sí, me gustó más el año pasado cuando hizo la obrita escolar basada en el 23-F y acabó apalizado por el padre de uno de los niños que no daba bien el personaje, que creo que era Tejero, esa fue hasta wesandersoniana.

Ahora seguro que me la cargo, pero esta desazón la tenía que exponer, a ver si pasa algo o por fin ponen mi foto en la acepción "Paranoia" del DRAE. Pueden usar la del feisbuk en la que sostengo un cuchillo jamonero con mirada aviesa, es mi sugerencia del día.

Suya afectísima,

Doña María Francisca, esa bonica a medias un tanto extensa que podría ser interpretada cualquier noche de miércoles por Carlos Areces por graciosilla...



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