domingo, 11 de mayo de 2008

YO ERA UNA FEMINISTA Y LO QUE HE VISTO ME HA HECHO DOS




machismo.

1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.


feminismo.

(Del lat. femĭna, mujer, hembra, e -ismo).

1. m. Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres.

2. m. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.

Diccionario de Lengua Española




Ayer, cuando tuve uno de esos momentos Fernando Fernán-Gómez que siempre me acaban sobreviniendo cuando ya no puedo seguir callando y aguantando que se juegue de forma excesiva con cosas que me importan de verdad, me fui andando y luego corriendo Preciados arriba, saturada de condescendencias y risitas masculinas, huyendo de la horrible impresión de que yo sola no puedo cambiar nada y de que ya anciana, vería como entre gobiernos y grandes empresas -si es que no eran ya lo mismo entonces- hacían que las mujeres volviésemos a cocinas y burdeles en silencio, sin una queja, convencidas además de que ese era nuestro sitio y de que siempre estuvimos equivocadas. Ni siquiera me consolaría la proximidad de la muerte.

Cuando agotada me detuve, me di cuenta de que no tenía más remedio que escribir este post de una vez, por miedo que me diese la reacción de todas las personas que no van a estar de acuerdo conmigo y se van a sentir indignadas por mis opiniones, que ya encontraría la manera de enfrentarme a ellas, que me puedo ir, pero siempre voy a regresar con una idea nueva.
Aunque en ese momento mi indignación fuese tal que sólo pudiese repetir que soy feminista y que a quién le moleste que se joda, que a la mierda, una y otra vez, me temo que tengo argumentos mucho más consistentes y meditados que ese, llevo unos pocos meses pensando mucho en este tema, veo una amenaza real a las libertades en general y a la de las mujeres en particular.

Hace tiempo, escribí cosas como estas:

Este enésimo ajuste de cuentas con un pasado tan reciente, del que aún quedan rescoldos, me lleva a otro tema en el que he estado pensando a raíz de algunas conversaciones con mi hermano y algún amigo, y se trata de mi relación con las otras. De cómo sigue siendo más bien conflictiva, de que estoy a punto de darles la razón a los hombres sobre nosotras, en general, y lo desolador de esa tentación que me acomete día sí y día también.

Mis mejores amigos son hombres, son chicos. Suelo pelearme más con las mujeres, y quiénes peor me han tratado han sido ellas. Me llevo mejor con mis hermanos que con mi hermana, aunque me lleve mejor con mi madre que con mi padre. Y eso que yo estuve en un colegio de chicas durante los años cruciales de la adolescencia, habiendo ido antes a un centro mixto, pero a la mayoría las encontraba raras y en esta vida, me he encontrado con pocas mujeres interesantes que fueran capaces de hablar conmigo de cualquier cosa; me he llegado a considerar incapaz de tener amigas por encontrarme en muchos casos con féminas que me hacían sentir que mi mente era un cubo y la suya un cuadrado: no puedo mentir, con los tíos eso me ha sucedido en menor medida.

Naturalmente hay mujeres que no son así, pero parece que hay muy pocas. Y eso me inquieta, me hace pensar que todos esos prejuicios contra las mujeres no son prejuicios sin base, pienso siempre en intentar hallar pruebas fehacientes de que esto no es así, o no es tan así, pero al final siempre acabo igual: sintiéndome incómoda con la mayoría de representantes de mi propio género que conozco, porque soy una maruja nefasta, porque no tengo un especial deseo de formar una familia o de tener hijos o de nada tan tópicamente femenino. Me gustaría que importara antes ser persona que mujer u hombre, o que les importara a muchas, y me gustaría no sentirme así nunca más, pero siempre vuelve ese terrible sentimiento de inferioridad, de que los hombres son mejores, por así decirlo.

Intenté unirme a la causa feminista, pero ésta finalmente ha logrado desilusionarme, no he tenido más remedio que acabar pensando que muchos de sus planteamientos más radicales son tan ridículos y excluyentes como los del machismo, que no niego que consiguiera avances muy importantes para la mujer en todos los ámbitos en un principio, pero que demasiados parecen haberse quedado en la superficie.

Quizá sea un problema más personal que otra cosa, pero a pesar de que me he esforzado en comprender y valorar un hipotético mundo femenino, me he encontrado con que eso tampoco me vale, quizá como disfraz estético y lúdico, pero nada más. Lo que importa de verdad concierne a todos los sexos, diría yo, aunque entienda que no dejo de ser una mujer, y que también veo el mundo desde esa perspectiva.

Me gustaría no tener que avergonzarme de eso a veces. No sé si a los hombres también les ocurre.

Ya no estoy de acuerdo conmigo misma hace cuatro años, sobre todo en lo de que la causa feminista me haya decepcionado, una cosa es que ahora haya quién malinterprete y use el feminismo de forma dogmática, maliciosa o superficial y otra que todo el feminismo sea malo o que deba desaparecer por constituir una ventaja injusta para los hombres, nada menos. No debí dejarme influir por los medios y por cuatro resentidos que han visto su oportunidad en la moda de lo políticamente incorrecto de imponerse de nuevo sobre nosotras, de hacerle ver al mundo que el rollo izquierdista es imposible de llevar a cabo y que debemos volver a poner orden, que todos vuelvan a su sitio, ellos arriba y los demás abajo.

Desde que te levantas hasta que te acuestas, vives en un mundo de, por y para los hombres; todo está lleno de mujeres guapísimas y pobre de ti si no te pareces a ellas, o si empiezas a no parecerte porque pasas de los treinta, ves una película, las tías no pintan nada, lees un libro y es de un carcamal que vale, escribía muy bien pero que piensa que las mujeres no tienen alma o son el demonio o ridiculeces parecidas, escuchas una canción y habla de lo malas que somos o de lo guay que es tener veinte novias o unas tontas que cantan sobre ir afanando novios al personal sólo para demostrar lo mucho más sexys que usted que son, lees el periódico y han matado a un par de pobres señoras que vivían una vida de mierda con un cabrón que les pegaba o las prostituía y alguno dice pues también hay hombres a los que maltratan y nadie hace nada, que algo habrán hecho y también serían carne de cañón, te preguntas si alguien piensa qué clase de concepto de sí misma puede llevar a una mujer a pensar que se merece vivir así, quizá una madre que da más importancia a sus hijos a que sus hijas, que si alguien tiene que estudiar que sea el niño, que a la niña la casamos con alguien importante, la zorra interesada que dice que ella lo que quiere es casarse con un rico etc., te pasas el día descontextualizando, dejando pasar, apretando los dientes cuando un gilipollas al que no le puedes contestar porque es más fuerte que tú te dice algo desagradable, cuando oyes a un jefe que debería estar jubilado diciendo que nosotras limpiamos mejor, a una compañera diez años más joven diciendo que los hombres ensucien lo justo, que ya lo limpiará ella, a la vacaburra ultracatólica esa de la radio diciendo que ella sabe que no es capaz de ser ministra, lees a una chica en un blog que cuenta que a una amiga su madre le decía que ella tenía que limpiar y no su hermano, que no haber nacido mujer. O te acuerdas de tu hermana diciendo que ella preferiría ser un hombre, que las mujeres no son graciosas.

En muchos momentos, una se siente agotada, desearía ser una egoísta materialista tonta del culo o una inconsciente acultural como algunas, pero eso tampoco iba a solucionar nada.

Sobre todo, estoy harta de que pretendan imponernos cuando y cómo podemos tener hijos, bien evitando sacar el aborto del código penal y poner una ley de plazos, bien haciéndonos casi imposible el pedir una baja maternal sin represalias posteriores, seas ejecutiva o frutera. Paso a exponer mi opinión sobre estos dos temas en concreto.

Estoy a favor del aborto libre, y de que se pongan todos los medios y se amplíen los supuestos para cubrir si no todas, la mayoría de situaciones posibles en el caso de un embarazo no deseado; creo que el principal problema es que la responsabilidad de usar o no un método anticonceptivo eficaz se descarga sobre la muchas veces casi una niña; ella tiene que decidir si se deja o no se deja -más bien sería si quieren o no quieren-, enfrentarse a críticas contrapuestas sobre su mucha o poca actividad sexual en su entorno social más próximo, a ver comprometida su reputación y que esto contamine ámbitos como el trabajo o las amistades y mientras tanto, los hombres pueden hacer lo que quieran, porque pobrecitos, sólo son hombres y no tienen tanto control como nosotras. Pues creo que somos personas civilizadas, y todo instinto puede y debe controlarse, todos sabemos que podíamos haber dicho que no y que no tenemos porque follarnos a todo lo que se mueve, lo que se necesita aquí es que a los hombres se les enseñe a contenerse más y ser más selectivos y a las mujeres a liberarse un poco más, una sexualidad controlada es buena para cualquiera, lo malo es no controlarla en absoluto y acabar con veinte niños o enfermedades venéreas varias porque sí.
Supongo que ahora saldrá el que dice que a veces nosotras no queremos usar protección o que hay que lo hacen aposta para cazar a uno en concreto, que lo único que consiguen es hacerse daño a sí mismas, las machistas son ellas; pero hay otras situaciones de las que procura no hablarse; o qué pasa, que no conocemos todas al típico que dice que sin preservativo no siente nada, que si te la puede meter un poco sin, y el tío desaparece y tú te quedas con el regalo, o si se trata de una pareja más o menos estable, la excesiva confianza en la marcha atrás por comodidad; ya sabemos como es la gente, no siempre cruzan por el paso de cebra, y así cientos, miles de variables, pero todas coincidentes en algo: un pequeño error y tu vida ya está decidida, que puedes acabar estando contenta, claro que sí, pero hay otras veces que no, que te encuentras con aquella vecinita de diecisiete años de tu pueblo trabajando en una tienda con la mirada apagada, agotada de cambiar pañales y sabiendo que ya no es igual que sus amigas.

No creo que sea justo que alguien pague un pequeño error de cálculo con su vida entera, personalmente lo veo como una forma de castigarte por tener sexo que no tiene mucho sentido, y lo de tener el niño y darlo en adopción creo que te cambia la vida igualmente, la vida no es como "Juno", ni mucho menos. Siempre pensarás en ese niño, ese sí una personita completa, que diste a una gente que a saber si le estará tratando bien o no.

Luego está el tema de las señoras que quieran tener un hijo y estén trabajando, y no se atreven porque saben que eso significa quedarse sin trabajo y buscar otro, ya hay muchas mujeres que renuncian a tener hijos por su carrera profesional, algo a lo que los hombres siguen sin tener porqué renunciar, nadie les valora como "padres potenciales" en entrevistas de trabajo, no les preguntan si están casados, si viven con alguien, que cuántos años tienen o más directamente, si piensan tener hijos en breve; no dudo que haya mujeres que quizá quieran abortar sólo para conservar su trabajo y mantener al resto de sus hijos, por ejemplo; también podríamos enfrentarnos al hecho de que algunas decidan incluso esterilizarse para evitar esta clamorosa discriminación basada en la mercantilización total del empleado, ya no trabajamos para vivir, vivimos para trabajar.

Otro tema es el feminismo mal utilizado, el intentar arreglar la casa por el tejado: que lo más importante de una mujer sea la calidad de su belleza, que haya compañeros y compañeras o que ya no tengamos que decir que estamos hasta los cojones o que esto o aquello es un coñazo es sólo el reflejo de lo que no está cambiando esperemos que sea todavía, no dejo de ver un retroceso o un intento de que retrocedamos. Quedo aquí, en guardia, siempre vigilante.

Puedo hacer bromas, puedo incurrir en contradicciones, pero sé muy bien lo que hay, y nunca me voy a rendir ni a ceder un ápice, hasta el día en que me muera voy a ser feminista y si llegan tiempos duros, pues mira, que vengan, que aquí les espero.


*22 de junio de 2015.

Otra vez, ya no estoy de acuerdo con lo que pensaba hace siete años, aunque está mejor de lo que recordaba. Este post me trajo bastantes problemas, con lo blando que es el pobre, y aún tan equivocado e inexacto en partes. Primero, unas correcciones. 

Entonces ya me daba cuenta de que vivíamos en un Patriarcado, más o menos, pero no sabía que podía denominarlo así. Lo de "zorra interesada" me sobra mucho y es machista a dolor, no usaría esa expresión y quizá no usaría tantos ejemplos, sería más abstracta, usaría uno o dos, creo que es más fácil explicarse de ese modo. Lo del aborto bien casi todo, lo puedo seguir suscribiendo.

En cuánto a volver a burdeles y cocinas, sólo sería malo si fuera obligado, entiendo que podría resultar putófobo o en no valorar el trabajo de cuidados. Creo que se entiende así, pero por si acaso.

Tampoco estoy ya de acuerdo con mi teoría sobre una sexualidad supuestamente controlada, todo vale mientras no haya falta de consentimiento por una o ambas partes, lo importante es no juzgar la sexualidad de otros en ningún sentido, no hay una sexualidad ideal ni unos objetivos, hay sexualidades muy diversas y no eres tú quién debe juzgar quién se inhibe o quién se pasa, menos aún creer que puedes ponerle remedio y forzar comportamientos "correctos" o "adecuados".

Luego está lo del feminismo supuestamente mal utilizado o menor; el lenguaje y la promoción de ciertos códigos e imagenes también contribuyen a sesgar la realidad de forma patriarcal. No es empezar la casa por el tejado, lo retiro. 

Aquí trato apenas una miguita, como podéis ver, pues no veas los comments; me querían comer y era todo mansplaining con alguna honrosa excepción, y encima parte eran de un elemento bastante sospechoso con el que ya no me hablo y que veo por los FB cuestionando todos los posts feministas que puede por cosas como que está en lenguaje inclusivo y no se entiende, o que cómo van a causarte problemas físicos y psíquicos unas tetas grandes. Luego estaba el típico de a mí es que esto no me interesa y creo que todos somos iguales, esa gran aportación que nunca falta.

Aunque había un tema personal: este post fue motivado porque en una cena unos cuantos señores se sintieron con derecho a juzgar el mal feminismo, a decidir quiénes merecían una lección en forma de burla desde una posición privilegiada por no ser razonables, aquello me pudo y me enfadé tanto que me largué corriendo, porque ya no podía más de rabia y de miedo al ver que se pensaba así. No fue la mejor reacción, pero casi que ahora la entiendo más que antes, no era para menos. Por supuesto, la culpa era mía por tomármelo a mal, por interpretar lo que no era, y encima un tipo con el que tampoco me hablo ya empezó a tratarme distinto por mi opinión sobre el aborto...clásicos responsabilizarte a ti por haberte ofendido y castigo por asesina de niños; debatir tu humanidad, debatir cómo tiene que ser tu vida y que tengas que verlo como algo que ni te concierne ni te afecta, cosa imposible, claro. 

Si hubiera sido como ahora, ¿qué hubiera pasado?

Pues que hubiese tenido muchos más argumentos y mucha más confianza en los mismos, todo estaba por hacer y por encontrar, sobre todo, la compañía y el apoyo e intercambio de ideas de otras feministas y el hecho de que quizá ya no sea tan fácil hablar así en una cena del feminismo, quizá ni siquiera hablasen de ese modo, y eso es lo que me parece un gran avance; aunque sigo firmando el parrafito final. Y aquí están los tiempos duros, bien que lo sabemos. 


No hay comentarios: